COP30, redes católicas: no puede haber justicia climática sin paz
Beatrice Guarrera – Ciudad del Vaticano
«No puede haber verdadera paz sin justicia climática, y no puede haber justicia climática sin paz». Es «una verdad simple pero urgente», afirman en un comunicado conjunto los secretarios generales de Caritas Internationalis, Cisde (Coopération internationale pour le développement et la solidarité) y Pax Christi International. «Como representantes de redes católicas globales comprometidas con la paz, la justicia y el cuidado de la creación, unimos nuestras voces», escriben en el mensaje titulado “Peregrinos de esperanza por un mundo justo y en paz”, difundido este lunes 8 de septiembre y presentado en un encuentro en línea. El texto recoge los temas más urgentes a considerar de cara a la 30ª Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en la ciudad amazónica brasileña de Belém entre el 10 y el 21 de noviembre.
Crisis entrelazadas
«Las crisis combinadas del colapso ecológico, de un orden global fragmentado y de una pobreza extrema implacable —explican las redes católicas— no son problemas paralelos: son hilos entretejidos de una amenaza global compartida. No estamos simplemente enfrentando una crisis de emisiones de gases de efecto invernadero, una confluencia de conflictos fronterizos o ciclos de pobreza regional. Enfrentamos una convergencia de sufrimiento masivo presente y de riesgos futuros, perpetuada por un sistema político y económico que amenaza con desintegrarse por completo».
Esta situación, señalan, es consecuencia «del rechazo colectivo a pensar en las generaciones futuras» (Laudato si’ 159), de la codicia (LS 9), de la miopía (LS 32), y para resolverla es necesaria «una nueva solidaridad universal» (LS 14). Cada vez resulta más evidente, además, que «el cambio climático ya está intensificando los conflictos en todo el mundo», una tendencia peligrosa que se espera se agrave con el aumento continuo de las temperaturas globales.
Según estas redes católicas, la creciente frecuencia y gravedad de los fenómenos extremos, sumadas a la disminución de recursos y la inhabitabilidad de territorios, «provocarán desplazamientos masivos forzados de personas». Esto, a su vez, amenaza con desestabilizar aún más a las regiones vulnerables y agravar las tensiones existentes.
La acción climática es vital para la paz
«En este contexto —afirman Caritas Internationalis, Cisde y Pax Christi International—, la acción climática no es solo un imperativo ambiental, sino también un componente vital para la construcción de la paz global». Las organizaciones sostienen que los desafíos actuales tienen una raíz común en la explotación y la desigualdad, fruto de «un sistema global cada vez más moldeado por intereses políticos a corto plazo y por un poder concentrado». La solución, entonces, también debe ser común.
Su propuesta es optar por «la opción preferencial por los pobres»: «Significa poner en el centro el conocimiento de los pueblos indígenas y su derecho a vivir en armonía con su tierra, promover la justicia de la deuda, reducir los exorbitantes presupuestos militares y garantizar una representación inclusiva en las mesas de decisión, desde las Naciones Unidas hasta los consejos locales».
«Hoy —concluyen las organizaciones— alzamos la voz para unirnos al Papa León, a otros líderes religiosos y a las personas de buena voluntad en un coro que pide detener la marcha hacia la guerra, cambiar el rumbo, renovar nuestra pasión por la paz y volver a creer que un mundo pacífico es posible».
Una preocupación compartida
La idea de este mensaje conjunto nace de «la preocupación compartida por la crisis climática en curso» y por el aumento de los conflictos en el mundo, se explicó en la presentación de la declaración, moderada por Musamba Mubanga, de Caritas Internationalis.
También intervino con un videomensaje el cardenal Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre, quien recordó que todos estamos llamados a contribuir al desarrollo y al cuidado de la creación: «El futuro de las próximas generaciones depende de las decisiones de hombres y mujeres capaces de construir un mañana mejor con responsabilidad ética», sin olvidar el aliento de la fe cristiana en este camino.
En un mundo marcado por la creciente brecha entre ricos y pobres y por el aumento de las desigualdades, es necesario trabajar para «atacar las raíces del sistema de pobreza» con una visión de largo plazo que proteja a todos, especialmente a los más vulnerables, subrayó Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis.
El coraje nace de la unión
Martha Inés Romero, secretaria general de Pax Christi International, insistió en «el poder de las acciones no violentas» y en la importancia del diálogo y la reconciliación para resolver los conflictos, además de la necesidad de difundir una «cultura del cuidado» del planeta.
«Vivimos en un mundo en llamas por el cambio climático y las guerras», añadió Josianne Gauthier, secretaria general de Cisde. «Enfrentamos una crisis ecológica de emergencia y hemos visto cómo la economía mundial se ha transformado en una economía de guerra». Por eso, señaló, es necesario actuar: «Debemos amar lo suficiente como para defender aquello que consideramos valioso», buscando ese coraje que comienza con el compartir: «Por eso nos reunimos, para alimentar la solidaridad».
Las comunidades, concluyó la hermana Brigit Weiler, miembro del grupo de asesoría teológica del Celam, «piden a la Iglesia que sea su aliada» en este camino.
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