Gallagher recuerda al nuncio Noël Treanor: un "verdadero creyente" en la Europa unida
Isabella H. de Carvalho – Ciudad del Vaticano
El arzobispo Noël Treanor fue “un verdadero creyente” en el proyecto de la Unión Europea, al que dedicó “gran perseverancia”; “nunca se desanimó” y su idealismo no se apagó frente “a las realidades con las que tuvo que enfrentarse”. Así lo recordó el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, al evocar al representante pontificio ante la UE, fallecido de manera repentina el 11 de agosto de 2024, apenas poco más de un año después de haber sido llamado a ese alto cargo. Gallagher habló en un acto en su memoria celebrado ayer, lunes 8 de septiembre, en el Pontificio Colegio Irlandés de Roma. La actividad, organizada por la Embajada de Irlanda ante la Santa Sede, quiso rendir homenaje a los 48 años de ministerio sacerdotal de quien fue también obispo de Down y Connor en Irlanda y durante 15 años secretario general de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (Comece).
El ejemplo de monseñor Treanor
En su intervención, Gallagher destacó el entusiasmo y la perseverancia de monseñor Treanor como nuncio ante la UE, explicando que asumió ese papel “con la convicción de que la Iglesia tiene una contribución única que ofrecer al proyecto europeo, una contribución que exige de fieles y pastores un esfuerzo incansable para preservar los ideales y principios fundacionales que dieron origen a una visión tan magnífica para el futuro del continente”.
El secretario subrayó además que, aunque su misión en Bruselas fue relativamente breve y dejó muchos proyectos e ideas por realizar, “su memoria y su ejemplo permanecen. Serán fuente de aliento para nosotros y para todos los que custodian y comparten una visión de Europa en la que los valores del Evangelio puedan regenerar las instituciones desde sus raíces judeocristianas”. Gallagher recordó que Treanor se inspiraba en los padres fundadores de la Europa unida: Robert Schuman, Konrad Adenauer, Alcide De Gasperi y Jean Monnet.
La misión de Europa: dar una voz nueva a la humanidad
“¿Cómo no apasionarse por un proyecto que ha logrado resultados casi milagrosos en lo que muchos consideraban imposible, como la reconciliación entre Francia y Alemania?”, reflexionó Gallagher. En este sentido, citó el discurso que el . En aquellas palabras de aliento y esperanza para los ciudadanos europeos se reflejan los sentimientos y el compromiso que guiaron la labor pastoral y diplomática de Treanor.
El Pontífice había exhortado entonces a “volver a la firme convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, que soñaban con un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para superar divisiones y favorecer la paz y la comunión entre los pueblos del continente”, con la confianza puesta en la “dignidad trascendente” del ser humano.
Por último, Gallagher evocó la oración pronunciada en 1975 ante la tumba de Robert Schuman, en el 25º aniversario de la célebre declaración, invitando a los presentes a “sustituir” el nombre del estadista francés por el de Treanor y a imaginarse “reunidos en torno a su tumba en la catedral de San Pedro de Belfast”.
“El escándalo de un cristianismo sin cristianos se manifiesta en una Europa sin europeos. Solo unos pocos reconocen, siguiendo el ejemplo de Schuman, que la misión esencial de Europa es ‘dar una nueva voz a la humanidad’”, recalcó Gallagher. Y concluyó: “El nuevo papel de Europa es favorecer la aproximación de los pueblos, especialmente de aquellos divididos por el odio. No existe abismo que no pueda ser superado”.
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