La esperanza de fray George en el Jubileo: «Vivimos el sueño de muchos sirios»
Edoardo Giribaldi – Ciudad del Vaticano
«Espero llevar mucha, mucha esperanza». Son palabras sencillas, pero encierran toda la fuerza y la fe de fray George Jallouf, franciscano de la Custodia de Tierra Santa, vicario de la iglesia de San Francisco de Asís en Alepo, que ha llegado a Roma con un grupo de jóvenes —«hijos de la diáspora», como él los llama— para participar en el Jubileo. Es con ellos, dice, con quienes «hacemos realidad un sueño que muchos, en Siria, aún no pueden vivir».
Los jóvenes bloqueados en Siria han pedido que se encienda una vela por ellos Estos jóvenes, refugiados en Europa junto con sus familias debido a la guerra civil que estalló en 2011 en el país, residen hoy en Alemania, Francia, Bélgica y Suecia. En la calurosa tarde de Roma, encuentran refugio a la sombra del Palacio Pío, que alberga los medios de comunicación del Vaticano, ondeando con orgullo la bandera de su país.
«Los sirios, en este momento, no pueden venir fácilmente debido a complicaciones relacionadas con los visados», explica fray George. Sin embargo, el franciscano se ha hecho cargo personalmente de todas las intenciones de toda la comunidad cristiana local: «Me han pedido que encienda una vela por ellos y los lleve conmigo a la Puerta Santa». Y así lo ha hecho. Ha tomado fotos, enviado mensajes, dando testimonio de que «ellos también estaban allí, aunque desde lejos».
Las dificultades y los «milagros cotidianos» en Alepo
Pero la realidad siria sigue siendo difícil. «En Alepo la situación es relativamente tranquila», cuenta, «pero tras los últimos ataques en Damasco, el miedo ha vuelto a los corazones de los fieles. Hemos tenido que aumentar la seguridad también durante las misas: hay hombres a las puertas de las iglesias para proteger a quienes entran a rezar». A pesar de todo, la comunidad cristiana sigue resistiendo. Una minoría numérica, que sin embargo cuenta con más de 1200 jóvenes, pero una presencia viva y participativa. «Tenemos un catecismo que va desde el jardín de infancia hasta la escuela secundaria. Es una gracia, es un milagro cotidiano». Cuando regrese a Siria, fray George se llevará consigo los rostros, las palabras y la bendición de Roma. Y una certeza: «El Señor está con nosotros. La esperanza no defrauda. Y nosotros estamos llamados a ser esa esperanza, cada día, para quienes encontramos».
Desde Siria para invocar la paz en todo Oriente Medio
«El mero hecho de estar aquí y representar a Siria es motivo de orgullo», cuenta uno de los jóvenes sirios presentes en Roma para el Jubileo de los Jóvenes: «Es una emoción indescriptible. Estamos realmente felices. Y rezamos para que, algún día, haya paz en todos los países del mundo». Una compañera peregrina se hace eco de sus palabras y explica que su presencia es importante no solo para Siria, sino para todo Oriente Medio. «Allí hay muchos jóvenes cristianos maravillosos, con una fe enorme». Al igual que fray George, los jóvenes se convierten en portavoces de las oraciones y los sueños de sus compañeros: «Rezamos aquí en su lugar, en su nombre». Son especialmente conscientes del regalo que supone la posibilidad de estar en Roma y participar en el Jubileo. «Rezamos sobre todo para que el Señor, algún día, les dé también a ellos la oportunidad de venir y vivir esta experiencia».
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