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Carlo Acutis Carlo Acutis 

Carlo Acutis: Testigo de la fe porque estaba enamorado de Jesús

Publicamos extractos de un artículo del padre jesuita Arturo Elberti sobre el testimonio de fe de Carlo Acutis, quien será canonizado junto con Pier Giorgio Frassati el 7 de septiembre. El texto completo del artículo puede leerse en el sitio web del Dicasterio para las Causas de los Santos.

P. Arturo Elberti, SJ*

A principios de 2006, , pasé por casualidad por el Colegio León XIII de Milán, dirigido por la Compañía de Jesús. Era el horario en que finalizaban las clases, y mientras estaba con el Padre Espiritual, este me señaló a uno de los jóvenes estudiantes describiéndolo como un "chico espiritualmente comprometido y de carácter alegre". Era el joven Carlo Acutis. Después de unos años, tuve la oportunidad de profundizar, a través de biografías y estudios, en la figura de este adolescente, fallecido pocos meses después ese mismo año. Así, conocí su vida.

Junto con un joven estudiante de ingeniería informática, comenzó a gestionar y supervisar la página web de su parroquia y, ese mismo año, diseñó la nueva página web para el voluntariado del Instituto León XIII, promoviendo y coordinando la producción de anuncios para el voluntariado de varias clases en el marco de un concurso nacional. Dedicó todo el verano de 2006 al diseño de la página web de este proyecto. También organizó la página web de la Academia Pontificia Cultorum Martyrum. Pero su personalidad y carácter abarcaban múltiples facetas y su afabilidad y humor cordial siempre cautivaron a sus amigos.

Pero ¿qué distingue a Carlo de muchos de sus compañeros? Desde muy joven, descubrió a una Persona única: Jesucristo y, creciendo, se enamoró profundamente de Él. Desde pequeño, su encuentro con el Señor cambió su vida. Carlo encontró en Él a su Amigo, su Maestro, su Salvador, la razón misma de su existencia. Sin Él en su vida diaria, nada de la vida de Carlo es comprensible. Es similar en todo a la de sus amigos, pero guarda en sí misma un secreto invencible. Gracias a sus guías espirituales, basa su vida en dos pilares fundamentales: la Eucaristía y la Virgen María.

Desde su juventud, su vida fue enteramente eucarística: no solo amó y adoró profundamente el Cuerpo y la Sangre de Jesús, sino que también abrazó su dimensión de entrega y sacrificio, que expresaría durante su última enfermedad. Asistía a la Celebración Eucarística diaria y dedicaba mucho tiempo a la oración silenciosa de adoración ante el Sagrario. Como él mismo le dijo a su Director Espiritual: «Del Misterio Eucarístico aprendo a comprender el amor infinito del Señor por cada ser humano».

El otro pilar fundamental sobre el que construyó su vida es la Virgen: consagró repetidamente toda su existencia a ella; acudió a ella en momentos de necesidad, seguro de que María no le negaba nada. Es imposible hablar de Carlo sin considerar su profunda devoción a la Virgen. Rezaba fielmente el Rosario a diario y difundía la devoción mariana entre sus conocidos.

A principios de octubre de 2006, contrajo una enfermedad que inicialmente se creyó que era una simple gripe, pero que luego se diagnosticó, con mayor realismo, como una forma muy grave de leucemia, tipo M3, considerada la más agresiva y, por lo tanto, incurable. Fue hospitalizado. Mantuvo la serenidad y la alegría hasta el final, incluso en los momentos más críticos de su enfermedad, convencido ya de su inminente encuentro con Dios, edificando a quienes lo rodeaban con su comportamiento y sus palabras. Recibió la Unción de los Enfermos y el Viático. Sonreía a todos con una mirada hermosa, con una valentía sin igual. Falleció a las 6:45 a. m. del 12 de octubre de 2006, con tan solo 15 años.

La canonización de este joven cristiano ha suscitado gran interés y expectación. Sin duda, no han faltado opiniones divergentes, lo que ha dado lugar a interpretaciones algo distorsionadas de este beato. Su canonización, tan deseada por el Papa Francisco, no pretende elevar a un teólogo y mucho menos a un Doctor de la Iglesia a los honores de los altares. Busca demostrar que, incluso hoy, los jóvenes cristianos pueden vivir su fe evangélica de forma coherente e integral y tener una relación con el sacramento de la Eucaristía que les permite celebrar el Misterio salvífico de Cristo y tener una relación viva con Él presente entre nosotros. Carlo Acutis debe ser comprendido en su diversidad espiritual y apostólica. No solo frecuentaba la celebración y la adoración eucarística, sino que también encontraba en ellas la fuerza para dar testimonio del Evangelio, eje central de su joven vida. Los testigos destacaron los pilares de su fe: su amor por la Eucaristía, los sacramentos, la Virgen María, y su testimonio y fidelidad a la doctrina católica. La Iglesia ha propuesto y seguirá proponiendo a otros jóvenes al pueblo de Dios: María Goretti, el beato Piergiorgio Frassati y muchos otros. Ninguno de ellos es teólogo, pero su relación con la Eucaristía y la Santísima Virgen María les ha dado la fuerza para dar testimonio de su fe. Entre ellos también estará el joven Acutis.

* Consultor Teológico del Dicasterio para las Causas de los Santos

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18 julio 2025, 12:30