La Santa Sede: Hay Estados que gastan m谩s en deuda que en sanidad y educaci贸n
Edoardo Giribaldi - Ciudad del Vaticano
Las 鈥渃argas financieras injustas鈥 son un síntoma de 鈥渇racturas鈥 profundas en los sistemas globales, que terminan 鈥渧iolando la dignidad de la persona humana鈥. Reafirmar el principio de la anulación de la deuda significa proponer una solución a una crisis que afecta directamente al 鈥渄esarrollo鈥 de los países afectados y renovar los compromisos globales en favor de la 鈥渏usticia鈥 y la 鈥渟olidaridad鈥. Estas fueron las palabras del Arzobispo Ettore Balestrero, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, durante su intervención ayer, 12 de mayo, en la 26 sesión del Grupo de Trabajo sobre el Derecho al Desarrollo, con ocasión de un diálogo interactivo titulado 鈥淟a crisis de la deuda y el derecho al desarrollo鈥.
Las cifras de la crisis
El Prelado recordó que este debate coincidió con el Año Santo, subrayando cómo el Jubileo representa una ocasión especial para repensar la cuestión de la deuda internacional, "que amenaza seriamente el futuro de muchas naciones, especialmente las más pobres". Una 鈥渃risis鈥 que sigue estrechamente ligada al desarrollo de estos países, cuya deuda externa, señaló el representante del Vaticano, 鈥渟e ha cuadriplicado en dos décadas, alcanzando la cifra récord de 11,4 billones de dólares en 2023, casi equivalente al 99% de sus ingresos de exportación鈥, y esto teniendo en cuenta que actualmente 3.300 millones de personas viven en estados 鈥渜ue gastan más en intereses de la deuda que en salud o educación鈥.
Economía al servicio de las personas
La posición de la Santa Sede se configura pues como un 鈥渓lamado a la acción鈥 para afrontar una crisis que amenaza con una 鈥渞uptura más profunda en los compromisos globales con la justicia y la solidaridad鈥. Los principios rectores para abordar estas cuestiones deben basarse en la dignidad humana y el bien común. 鈥淟os sistemas económicos deben estar al servicio de las personas, no al revés鈥, precisó monseñor Balestrero. También es esencial que los préstamos y empréstitos cumplan criterios de 鈥渞esponsabilidad鈥. El Observador permanente de la Santa Sede recordó también las palabras del Papa Francisco contenidas en la encíclica Laudato si鈥: La deuda externa de los países pobres nunca debe convertirse en un 鈥渋nstrumento de control鈥. No menos importante, concluyó el Prelado, es el respeto a la 鈥渏usticia鈥 y la necesidad de encuadrar cada medida en el contexto de una auténtica 鈥渟olidaridad global鈥.
Gracias por haber le铆do este art铆culo. Si desea mantenerse actualizado, suscr铆base al bolet铆n pulsando aqu铆