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Isabella Piro 鈥� Ciudad del Vaticano

"¡Gracias a ustedes!" Con afecto y gratitud, el Papa León XIV se dirigió en la noche de ayer, jueves 8 de mayo, a los residentes del Palacio del Santo Oficio. Pocas horas después de su elección al Trono de Pedro, en su primera salida fuera de los Muros Vaticanos, el nuevo Pontífice se dirigió al lugar donde había vivido durante los últimos dos meses 鈥攐 más exactamente, 鈥渟iete semanas鈥�, como él mismo precisó鈥�, donde una simple placa en una pequeña puerta de entrada aún dice: "Robert Card. Prevost".

Aplausos y apretones de manos

Recibido con un aplauso contenido, el Papa llegó en automóvil hasta el patio del Palacio del Santo Oficio. Vestido de blanco, destacando en la oscuridad de la noche, saludó con un apretón de manos a cada uno de los presentes, intercambiando también algunas palabras en español con fieles provenientes de México y Venezuela.

También estuvo presente la religiosa francesa Nathalie Becquart, perteneciente a la Congregación de La Xavière, subsecretaria del Sínodo de los Obispos, quien 鈥攅n una publicación en X鈥� escribió:

"Estoy feliz de encontrarme y felicitar a nuestro nuevo Papa sinodal, que regresa a nuestro Palacio donde vivía".

"Tengo que practicar la nueva firma"

Luego, una niña llamada Michela se le acercó tímidamente para pedirle que bendijera una Biblia y la firmara. León XIV accedió con gusto a la doble petición y, con un toque de humor, añadió: "Todavía tengo que hacer algunas pruebas con la firma, ¡la antigua ya no sirve!". Para asegurarse de no equivocarse, le pidió a la niña que deletreara su nombre y, al añadir la fecha junto a la firma, bromeó diciendo: "¿Qué día es hoy? ¿8 de mayo?"

Los selfies con los presentes

El Papa bendijo entonces a los fieles, concluyendo sus palabras con: "¡Felicidades! ¡Gracias a ustedes!". Finalmente, no se negó a la petición de algunos presentes que le pidieron tomarse un selfie con él.

Previamente, justo después de impartir la primera bendición Urbi et Orbi alrededor de las 19:30 desde la Logia central de la basílica vaticana, el 267º Pontífice también había saludado a varios fieles que lo esperaban frente a la Casa Santa Marta, quienes lo recibieron con el grito de "¡Viva el Papa!". A esta exclamación de alegría, el sucesor de Pedro respondió con un gesto de saludo antes de regresar al lugar donde residió durante el período del Cónclave.