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Mireia Bonilla 鈥� Ciudad del Vaticano

Miles de voluntarios han acudido esta mañana a la Basílica de San Pedro para participar en la Santa Misa con ocasión de su jubileo y escuchar la homilía que el Papa Francisco tenía preparada para la ocasión y que ha pronunciado en su lugar el Cardinal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, encargado de presidir la celebración.

En su homilía, el Santo Padre agradece a los voluntarios por seguir el ejemplo de Jesús: 鈥渦stedes sirven al prójimo sin servirse del prójimo鈥� y por propagar esperanza en toda la sociedad: 鈥淧or las calles y en las casas, junto a los enfermos, a los que sufren, a los presos, con los jóvenes y con los ancianos, su entrega infunde esperanza en toda la sociedad鈥�.

Después, reflexiona sobre el inicio de la Cuaresma invitando a seguir a Jesús en su paso por el desierto. Francisco explica que en este entorno Jesús enfrentó la tentación, una lucha espiritual que, aunque universal, no es ajena a nosotros. Así, el Papa nos recuerda que, al igual que Él, también nosotros somo tentados, pero con una diferencia: 鈥渘o estamos solos鈥�: 鈥�Con nosotros está Jesús, que nos abre la senda a través del desierto. El Hijo de Dios hecho hombre no se limita a darnos un modelo en el combate contra el mal; sino mucho más aún, nos da la fuerza para resistir a sus asaltos y perseverar en el camino鈥�.

Después, el Papa detalla las tres características esenciales de la tentación de Jesús y también de la nuestra y cómo éstas ofrecen la clave para nuestro propio camino de conversión en esta Cuaresma.

El inicio de la tentación de Jesús

El Papa reflexiona sobre la diferencia entre la tentación de Jesús 鈥� que la enfrenta por su filial disponibilidad al Espíritu del Padre 鈥� y nuestras tentaciones 鈥� que nos son impuestas y corrompen nuestra libertad. En su homilía, el Papa recuerda que Dios, a través de Jesús, está siempre con nosotros para ayudarnos en momentos de prueba:

鈥淓l Señor está con nosotros y nos cuida, sobre todo en el lugar de la prueba y del recelo, es decir, cuando se alza la voz del tentador, que es el padre de la mentira, corrompido y corruptor, porque conoce la palabra de Dios, pero no la entiende. Más aún, la distorsiona鈥�.

El modo con el que Cristo es tentado

El Papa Francisco reflexiona sobre las tentaciones de Jesús, destacando cómo el diablo intenta dividir su relación con Dios, proponiéndole pruebas perversas, pero Jesús responde con fidelidad al Padre: 鈥淔rente a estas tentaciones Jesús, el Hijo de Dios, decide de qué modo ser hijo. En el Espíritu que lo guía, su decisión revela cómo quiere vivir su relación filial con el Padre鈥�.

El Papa señala que a nosotros el diablo también nos tienta, 鈥渟usurrando a nuestros oídos que Dios no es verdaderamente nuestro Padre, que en realidad nos ha abandonado鈥� pero a pesar de esas tentaciones, 鈥淒ios se acerca más a nosotros, dando su vida para la redención del mundo鈥� explica el Santo Padre.

鈥淛esús, el Cristo de Dios, vence al mal鈥�

El Papa llega al tercer aspecto 鈥� el desenlace de las tentaciones 鈥� y asegura que, aunque Jesús vence al mal en el desierto, 鈥�su victoria definitiva se alcanza en la Pascua de muerte y resurrección鈥�. 鈥淣辞蝉辞迟谤辞蝉 鈥� en cambio 鈥� frente a la tentación, algunas veces caemos; todos somos pecadores鈥� dice el Papa 鈥�pero la derrota no es definitiva, porque Dios nos levanta de cada caída con su perdón. Nuestra prueba, por tanto, no termina con un fracaso, porque en Cristo somos redimidos del mal鈥�.