Papa: los Ãngeles Custodios son nuestra puerta cotidiana a la trascendencia
Ciudad del Vaticano
“He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparadoâ€. Son las palabras de la Primera Lectura – tomada del capítulo 23 del Libro del Éxodo – que guiaron la reflexión del Santo Padre en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, en el día en que la Iglesia festeja a los Santos Ángeles Custodios. Francisco afirmó que son precisamente ellos “la ayuda especial que el Señor promete a su pueblo y a nosotros que caminamos por el camino de la vidaâ€.
Él Ángel como brújula que nos ayuda a caminar
La vida es precisamente un camino – observó el Papa – en el que debemos ser ayudados por “compañerosâ€, “protectoresâ€, “brújulas humanas†que “nos custodian de los peligros†y de las insidias que podemos encontrar; entre las cuales Francisco mencionó tres:
“Está el peligro de no caminar. Y cuánta gente se establece y no camina, y durante toda su vida está detenida, sin moverse y sin hacer nada… Es un peligro. Como aquel hombre del Evangelio que tenía miedo de invertir el talento. Lo había enterrado, y pensaba: ‘Estoy en paz, me siento tranquilo. No podré hacer ninguna equivocación. Así no me arriesgo’. Y tanta gente no sabe cómo caminar y tiene miedo de correr riesgo y se enferma. Pero nosotros sabemos que la regla es que quien en la vida está detenido, termina por corromperse. Como el agua: cuando el agua está quieta allí, llegan los mosquitos, ponen los huevos, y todo se corrompe. Todo. El Ángel nos ayuda, nos impulsa a caminarâ€.
El peligro de equivocarse de camino o girar en un laberinto
Pero otros dos – prosiguió diciendo el Papa – son los peligros en el camino de nuestra vida: “El peligro de equivocarse de caminoâ€, que sólo “al inicio es fácil de corregirâ€; y el peligro de dejar el camino para dispersarse en una plaza, yendo “de un lado a otro como en un laberinto†y “el labirinto – agregó – jamás te conduce a la metaâ€. He aquí el Ángel – reafirmó Francisco†que está “para ayudarnos a no equivocarnos de camino y caminar por élâ€, pero se necesita nuestra oración, nuestra petición de ayuda:
Y dice el Señor: “Pórtate bien en su presenciaâ€. El Ángel está acreditado, tiene autoridad para guiarnos. Hay que escucharlo. “Escucha su voz; no le seas rebeldeâ€. Escuchar las inspiraciones, que siempre son del Espíritu Santo, pero es el Ángel quien nos las inspira. Y me gustaría preguntarles a todos: ¿Ustedes hablan con su Ángel? ¿Ustedes conocen el nombre de su Ángel? ¿Ustedes escuchan a su Ángel? ¿Se dejan llevar de la mano por el camino o que los impulsen para moverse?â€
El Ángel nos muestra el camino para llegar al Padre
Por otra parte, la presencia y el papel de los Ángeles en nuestra vida son más importantes aún – porque tal como hizo notar Francisco – no sólo nos ayudan a caminar bien, sino que nos muestran también “dónde debemos llegarâ€. Está escrito en el Evangelio de hoy de Mateo: “No desprecien a los niñosâ€, dice el Señor, porque “sus Ángeles ven siempre el rostro de mi Padre que está en los Cielosâ€. Por lo tanto, en el “misterio de la custodia del Ángel†también está la “contemplación de Dios Padreâ€, y el Señor nos debe dar la gracia de comprenderlo. De aquí la conclusión del Santo Padre:
“Nuestro Ángel no sólo está con nosotros, sino que ve a Dios Padre. Está en relación con Él. Es el puente cotidiano, desde la hora en que nos levantamos hasta la hora en que vamos a la cama y nos acompaña y está en una relación entre nosotros y Dios Padre. El Ángel es la puerta cotidiana a la trascendencia, al encuentro con el Padre: es decir, el Ángel me ayuda a caminar porque mira al Padre y conoce el camino. No olvidemos a estos compañeros de caminoâ€.
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