Fuerte aumento de las repatriaciones de afganos desde á y Pakistán
Costanza Santillo - Ciudad del Vaticano
Más de 1,4 millones de refugiados afganos han abandonado en los últimos meses los países donde habían encontrado refugio, principalmente Irán y Pakistán. Una ola migratoria de retorno provocada por las directivas de repatriación emitidas por los gobiernos de Teherán e Islamabad. Según los últimos datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cerca de un millón de afganos han sido repatriados desde principios de año por Irán, que ha fijado el 6 de julio como fecha límite para las repatriaciones voluntarias.
Expulsiones tras años de acogida
Irán es el mayor país de acogida de refugiados del mundo, con casi 3,5 millones de personas, en su mayoría afganos que huyen de décadas de guerra y violencia. Muchos de ellos habían buscado refugio tras el regreso de los talibanes al poder en el verano de 2021. Ahora, para poder abandonar el país antes de la fecha límite del 6 de julio fijada por las autoridades, los refugiados se han visto obligados a vender apresuradamente todas sus pertenencias. Incluso en la frontera pakistaní, la situación de los refugiados es especialmente difícil debido a las precarias condiciones de las instalaciones en las que son acogidos antes de su repatriación. Una situación que no cambia mucho una vez que entran en Afganistán, donde las autoridades talibanes, no preparadas para hacer frente a un flujo tan intenso de entradas, se han limitado a instalar algunas tiendas de campaña en campamentos que carecen de saneamiento, electricidad y agua potable. Por no hablar de los peligros a los que se enfrentan los refugiados en su viaje de regreso: robos, atracos y violencia de todo tipo.
Acelerar las repatriaciones
Pakistán e Irán han acelerado recientemente la presión para facilitar la repatriación de los refugiados afganos en su país. Islamabad ha declarado su voluntad de expulsar a todos los inmigrantes indocumentados antes del 1 de noviembre. Como motivo de tal urgencia, el gobierno pakistaní aduce el deterioro de las relaciones con el régimen talibán, así como cuestiones de seguridad interna y dificultades económicas. La represión de los emigrantes afganos también se ve afectada por las tensiones geopolíticas, que alimentan un fuerte clima de recelo hacia los extranjeros, especialmente tras la guerra de 12 días con Israel. Según Sami Fakhouri, Jefe de la Delegación para Afganistán de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, se espera que otro millón de personas procedentes de Irán lleguen a Afganistán a finales de año.
La dramática situación en Afganistán
La cuestión de la repatriación, especialmente en el caso de Afganistán, plantea un problema humanitario que no puede ignorarse. La vuelta de los talibanes al poder en 2021 ha tenido consecuencias dramáticas tanto a nivel internacional como local. La economía afgana se ha hundido significativamente, con picos de pobreza nunca vistos en la historia del país, y la calidad de vida se ha deteriorado bruscamente. Los desplazados internos, que viven en condiciones precarias, se estiman en más de 1,3 millones. Una situación agravada por las sanciones económicas lanzadas en 1991 por Naciones Unidas y endurecidas en 2021 tras el regreso de los talibanes al poder.
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