ʲԲá celebra la Coronación Pontificia de Santa María de la Antigua
Vatican News
La Arquidiócesis de Panamá conmemoró del 7 al 9 de septiembre dos hitos históricos de profunda trascendencia: los 512 años de la primera diócesis en tierra firme de América, Santa María la Antigua del Darién (1513), y el Centenario de la elevación de la Arquidiócesis de Panamá (1925–2025). Los actos jubilares, abiertos a los medios de comunicación, destacaron la fe viva de la Iglesia panameña y su vínculo histórico con Sevilla, España.
El programa comenzó el domingo 7 con la Misa en la Catedral Basílica y un jubileo de adolescentes, que incluyó una caminata y Eucaristía en la Basílica Don Bosco. Posteriormente, la procesión de la imagen de Santa María la Antigua recorrió Panamá Viejo, culminando con la presentación oficial de su corona pontificia y una obra musical conmemorativa. El lunes 8, la Universidad Santa María la Antigua (USMA) otorgó al arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses, el título Doctor Honoris Causa. La celebración culminó el martes 9 con la solemne Coronación Pontificia de la imagen de Santa María la Antigua en la Catedral Basílica Metropolitana, presidida por el propio arzobispo de Sevilla y concelebrada entre otros por el arzobispo de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa.
En su homilía, Mons. Saiz Meneses destacó que esta coronación no es solo un acto ceremonial, sino un reconocimiento espiritual, pastoral e histórico. “Es una corona que ponemos en nombre del Santo Padre León XIV como signo visible del amor y fidelidad del pueblo cristiano a su Madre del cielo, y testimonio de la realeza espiritual de María”, afirmó. Recordó que la devoción a Santa María de la Antigua se originó en Sevilla en el siglo XIV y que esa conexión ha perdurado por más de cinco siglos entre España y Panamá.
El arzobispo recordó la fundación de Santa María la Antigua del Darién en 1510, señalando que la primera capilla en la ciudad se levantó en cumplimiento de una promesa hecha a la Virgen. Tres años más tarde, el Papa León X erigió la primera diócesis continental bajo su advocación. Mons. Saiz Meneses subrayó que “lo que entonces era una incipiente comunidad ha dado un fruto abundante y duradero: la Iglesia que peregrina en Panamá, fecunda y viva, expresión del Reino de Dios en América Latina”.
En su homilía, el arzobispo también destacó el papel de María como modelo de fe, servicio y misión. Citando el evangelio de la Visitación y el cántico del Magníficat, el arzobispo señaló que la Virgen “nos impulsa a vivir la fe con intensidad y a transmitirla a los demás, especialmente a los niños y jóvenes, algo trascendental para el presente y futuro de la Iglesia y de la sociedad”.
El acto de coronación, según Mons. Saiz Meneses, simboliza también la esperanza y la confianza en el futuro ante los desafíos contemporáneos: relativismo, migración, nuevas tecnologías, pobreza y sostenibilidad. “Panamá necesita cristianos valientes y comprometidos, jóvenes alegres, familias firmes, sacerdotes santos y comunidades vivas. María nos llama hoy a ser esa Iglesia en salida, sin miedo, caminando en la verdad y la caridad”, expresó.
La corona de la Virgen, elaborada en oro y piedras preciosas, representa la historia y la fe compartida entre Sevilla y Panamá, y recoge la participación del pueblo fiel. Mons. Saiz Meneses invitó a todos los presentes a ofrecer con la coronación su conversión personal, oración y compromiso en la evangelización, la defensa de la fe y el servicio a los más necesitados.
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