Piekary: la gran Բó de las mujeres «misioneras y guías»
Rafał Skitek y Wojciech Rogacin – Ciudad del Vaticano
Decenas de miles de mujeres y niñas, representando diversos estados de vida, asociaciones y profesiones, algunas con coloridos trajes populares, otras con uniformes profesionales y pancartas, llegaron el 17 de agosto para la peregrinación anual al santuario mariano de Piekary. La peregrinación de este año a la Madre de la Justicia y del Amor Social se celebró en el centenario de la archidiócesis de Katowice y de la coronación de la imagen milagrosa de la Virgen.
El Papa bendice «La gran peregrinación»
La peregrinación de mujeres y niñas a Piekary Śląskie es un importante acontecimiento religioso, que el Papa León XIV recordó tras el rezo del Ángelus del pasado 17 de agosto. «Bendigo la gran peregrinación al santuario mariano de Piekary en Polonia», dijo.
El arzobispo Antonio Guido Filipazzi, nuncio apostólico en Polonia, que presidió la misa en el santuario, pidió en su homilía a los presentes que rezaran por León XIV ante la imagen de la Madre de la Justicia y del Amor Social.
María, escuela de esperanza
Recordando que la peregrinación se celebra en el Año Jubilar de la Esperanza, el arzobispo Filipazzi subrayó que es de María de quien debemos aprender la esperanza. «Tan grande era la fe de María como grande era su esperanza. Porque la esperanza brota de la fe. Donde hay fe, hay esperanza. Cuanto mayor es la fe, mayor es la esperanza», subrayó el nuncio.
También recordó que el Papa Francisco añadió la invocación «Madre de la esperanza» a las letanías lauretanas, y en la oración «Salve Regina» invocamos a María como «nuestra esperanza».
Misioneras para sus maridos, hijos, novios
El arzobispo Filipazzi también hizo referencia a la fiesta celebrada ese mismo día, dedicada al «ilustre hijo de Silesia, San Jacek, que fue uno de los primeros discípulos de Santo Domingo y un gran misionero».
«También a ustedes, queridas mujeres y jóvenes, se les pide no sólo esperar – añadió – sino también ser, como San Jacek, misioneras de la esperanza cristiana para las personas y los entornos de su vida cotidiana».
El nuncio apostólico animó a las mujeres y a las jóvenes a ayudar, sobre todo, a sus seres queridos, «maridos, novios, hijos, todos los parientes, amigos y conocidos, a no olvidar a Dios en sus vidas y a recordar que hay un más allá para el que ya nos estamos preparando en la tierra. ¡Hagan que en la vida de todos aquellos a quienes aman y con quienes se encuentran sea siempre visible el rostro de Dios!».
El valor social del cuidado de las mujeres hacia los más débiles
Monseñor Marek Szkudło, administrador de la archidiócesis de Katowice, que participó en la celebración, afirmó en su saludo que «Silesia es la tierra de las mujeres trabajadoras, la tierra de las mujeres cuyo trabajo a menudo pasa desapercibido».
«Es hora de decir en voz alta: el amor que ustedes dan cada día es un valor social», añadió.
Szkudło (Katowice): no tengan miedo de ser la voz de la conciencia
Monseñor Szkudło subrayó que «las mujeres son necesarias como profetas de la verdad y el amor, guías tiernas pero fuertes que muestran que el valor de una persona no depende de los gustos, del estatus en un grupo o del aspecto».
Y las animó diciendo: «No tengan miedo de hablar de lo que les duele. No tengan miedo de ser la voz de la conciencia en casa, en el trabajo, en la sociedad. Que sus corazones se conviertan en el lugar donde el mundo encuentre la paz, no a través de la fuerza, sino a través de la presencia».
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