Obispos venezolanos: “Constructores de paz en justicia y libertad”
Vatican News
Los Obispos venezolanos al final de su CXXIV Asamblea Plenaria Ordinaria dieron a conocer la Exhortación Pastoral “Constructores de paz en justicia y libertad”, y partiendo del saludo del Papa León XIV al inicio de su pontificado: “La paz esté con todos”, reflexionan sobre la santidad, justicia, verdad y compromiso como “acción eclesial de cara al cumplimiento de su misión profética y actuación evangelizadora”.
“La paz se construye día a día en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres, y el reconocimiento de que la dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos que no quieren renunciar a sus privilegios”, dice la Conferencia Episcopal Venezolana en la publicada este 11 de julio en Caracas.
Los Obispos invitan a que “la canonización de los venezolanos, el Dr. José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles es motivo de gran alegría para todos los venezolanos y para la Iglesia universal; es una razón para que todos los hijos de esta Patria fijen su mirada en el ideal de santidad como fin y meta de su propia existencia”.
Y hacer un llamado a la justicia en el país: “En nuestra condición de pastores –dicen los obispos venezolanos-, urgimos a las autoridades gubernamentales a que los derechos fundamentales de los ciudadanos consagrados en la Constitución de la República sean reconocidos, respetados y promovidos”.
Y exhortan al compromiso: “a todos los sectores de la vida nacional a crear las condiciones necesarias para desarrollar un diálogo que tenga como objetivo generar un verdadero pacto social, aunque suponga hacer ciertos sacrificios. Además, tiene que concretarse en términos de negociaciones más allá de meros acuerdos políticos que sólo miren a equilibrios de poder entre parcialidades, al margen o hasta contrarios al bien común del pueblo”.
Finalmente piden a “todos los fieles cristianos y los hombres y mujeres de buena voluntad tenemos el deber de ser constructores de paz, siendo peregrinos de esperanza, esa esperanza que nos permite soñar en un futuro en el que no haya vencedores ni vencidos, sino hermanos todos, hijos de un mismo Dios y con una patria y nación común”.
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