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Voluntaria en Kenia: El tiempo es un don para regalar a los demás

En el marco del Jubileo del Mundo del Voluntariado, el 8 y 9 de marzo de 2025, conocemos la labor solidaria de Lucía Samaniego, joven española de 28 años que decidió vivir un año de voluntariado en Kenia: "Lo importante es estar, sentarse a conversar, acompañarnos, pero sobre todo escuchar".

Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano

Lucía Samaniego tiene 28 años, es maestra de educación infantil y primaria, oriunda de Madrid que, con una gran vocación por la educación y el servicio, se dedica a ayudar a los más necesitados. Desde septiembre de 2024, desarrolla su labor de voluntariado en Nairobi, Kenia, en el Upendo Centre, una institución creada en el ámbito de la parroquia San José Obrero en Kangemi. Este centro trabaja incansablemente para rehabilitar, educar e integrar a niños en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles educación, apoyo psicosocial y ayuda integral.

En diálogo con Radio Vaticana, la joven comparte detalles de su experiencia, que no solo se trata de una labor de voluntariado, sino también de un camino de transformación personal.

Escucha, comparte y descarga la entrevista a Lucía Samaniego

El origen de Upendo Center y el llamado de Dios a Lucía

En Kangemi, son muchos los niños que no tienen acceso a la educación, y es a través de las pequeñas comunidades cristianas del barrio que se identifican a las familias más vulnerables. Así, Upendo selecciona a los niños que más lo necesitan y les brinda una oportunidad para estudiar.

Para Lucía, su viaje a Kenia no fue una casualidad, sino una verdadera respuesta al llamado de Dios. Con una trayectoria de voluntariado en diversas realidades, como las Misioneras de la Caridad en Tánger y Lisboa, comenzó a sentir que su vocación no era solo una experiencia pasajera. "Quería vivir el día a día con estas personas, convertirlas en mi familia, hacer de su lucha y su esperanza mi realidad", expresó. Así fue como, a través del , comenzó su formación y preparación para emprender su misión en África.



Kangemi: Un lugar lleno de vida, pero también de retos

Kangemi es uno de los numerosos asentamientos informales en las afueras de Nairobi. El lugar está marcado por una mezcla de calles de barro, ausencia de infraestructuras básicas como alcantarillado y una notable pobreza. Sin embargo, Lucía destaca la fortaleza de las personas que viven allí. "Es un barrio muy vivo, lleno de personas trabajadoras que luchan cada día por salir adelante, y aunque las condiciones no sean las mejores, la comunidad está unida, se saludan con sinceridad, se visitan sin previo aviso", comenta Lucía.

A pesar de las dificultades, lo que más le impacta es la capacidad de las personas de reinventarse. En su testimonio, menciona casos de mujeres que, a pesar de sus adversidades, han logrado montar pequeños negocios para poder sacar adelante a sus familias. "La gente tiene una increíble capacidad de confiar en Dios y seguir adelante con esperanza", afirma.

La realidad en Kangemi. (Foto cortesía de Lucía Samaniego)
La realidad en Kangemi. (Foto cortesía de Lucía Samaniego)   (Lucía Samaniego, volontaria)

La esperanza en medio de la adversidad

En su trabajo diario, Samaniego encuentra varios signos de esperanza. Uno de los más significativos es el concepto del tiempo. "En Europa, todo es para ayer, todo va rápido y eso te agobia. Aquí en Kenia, el tiempo tiene otro valor", reflexiona. Además, Lucía destaca la fortaleza de las personas que la rodean, como su vecina, que a pesar de estar enferma y tener dos hijos, ha abierto su propio negocio de desayunos. Para la voluntaria, ver este tipo de resiliencia en medio de la adversidad es un recordatorio constante de la fuerza humana.

El mensaje del Papa Francisco y la llamada a servir

Lucía explica cómo el mensaje del Papa Francisco la inspira a seguir adelante en su misión. El Papa ha llamado insistentemente a no conformarse con las injusticias del mundo y a salir de la comodidad. Lucía reconoce que el panorama global puede ser abrumador, pero se siente llamada a responder a lo que está cerca de ella. "Dios me llama a atender a mi familia, a mis amigos, a las personas que están cerca de mí. Y aquí en Kenia, eso se traduce en mis vecinos, mis compañeros de trabajo, mis alumnos", comenta.

El Papa Francisco ha exhortado a los jóvenes a no tener miedo de arriesgarse y escuchar la llamada del Señor. A aquellos que desean servir pero no se atreven por diversos factores, Lucía les anima a abrir el corazón, a reflexionar y a escuchar la voz de Dios. "Si en tu corazón tienes algo que te llama a hacer el voluntariado, escúchalo. Dios pondrá el camino", aconseja.


La importancia de estar presente y acompañar

Finalmente, Lucía reflexiona sobre cómo su vida en Kenia le ha enseñado que el verdadero valor no radica solo en lo que hacemos, sino en cómo estamos presentes para los demás. "Aquí he aprendido a estar. No importa si tenemos los materiales necesarios para un taller, lo importante es que ese rato con los niños sea de disfrute, de calidad, que se sientan valorados", explica. Para Lucía, el servicio no se trata solo de dar, sino de acompañar, de escuchar y de compartir momentos con los demás.

En un mundo que, muchas veces, prioriza la productividad y la rapidez, nos recuerda que el valor real está en la presencia, en la escucha y en el amor que damos a los demás.

La historia de Lucía Samaniego es un testimonio de fe, esperanza y dedicación. Un ejemplo claro de cómo el voluntariado no solo transforma a los demás, sino que cambia y enriquece la vida de quien lo vive, siguiendo el llamado a hacer de nuestra vida un don para los demás.

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07 marzo 2025, 14:22