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Mons. Earl Fernandes con los seminaristas de la diócesis de Columbus OH en el Pontificio Colegio Josephinum Mons. Earl Fernandes con los seminaristas de la diócesis de Columbus OH en el Pontificio Colegio Josephinum 

Columbus, la diócesis de EE. UU. donde se ha duplicado el número de seminaristas

En la ciudad estadounidense, el número de candidatos al sacerdocio ha pasado de 17 a 40 en dos años y medio. Monseñor Earl Fernandes ha puesto en marcha desde su instalación un programa de discernimiento vocacional entre los jóvenes que da frutos sorprendentes

P. Paweł Rytel-Andrianik y Wojciech Rogacin - Ciudad del Vaticano

Durante su ceremonia de ordenación como obispo de Columbus (EE.UU.), monseñor Earl Fernandes, dirigiéndose a la asamblea, había comentado que el número de obispos en la diócesis superaba al de sacerdotes. La multitud se había reído mientras el obispo captaba rápidamente un problema. «En aquel momento, no había nuevas ordenaciones sacerdotales en la diócesis. Así que me enfrenté a dos retos: la evangelización y el aumento de las vocaciones sacerdotales», cuenta el prelado, que llegó a Roma a finales de febrero, un mes que el Papa ha dedicado precisamente a rezar por las vocaciones.

Un programa de discernimiento vocacional

Nada más tomar posesión de su cargo, el nuevo obispo de Columbus puso en marcha rápidamente un programa vocacional que en dos años y medio ha aumentado el número de seminaristas de 17 a 40. Y este año se han ordenado cinco nuevos sacerdotes: «Esto significa que los fieles tienen un acceso más fácil a los sacramentos».

El aumento de las vocaciones es el resultado de un trabajo constante y bien organizado. «Nuestro director de vocaciones es muy eficiente», dice monseñor Fernandes. «Hemos creado un proyecto llamado Melquisedec, jornadas de discernimiento vocacional dirigidas a los jóvenes. Organizamos fines de semana vocacionales en el Pontificio Collegium Josephinum, que alberga un seminario, así como las llamadas Cenas de Andrés: cuatro veces al año me reúno con jóvenes que sienten la llamada en una cena, respondo a sus preguntas y los seminaristas comparten sus testimonios», explica el obispo. Gracias a estas iniciativas, los chicos tienen un contacto directo y regular con su párroco y los seminaristas, y pueden así observar de cerca el camino de la vida sacerdotal.

Lleno de amor por el Papa y la Iglesia

Fernandes se dedica también a la formación de sacerdotes y seminaristas, subrayando la importancia de una sólida preparación para un diálogo eficaz con los laicos. Por eso, la diócesis envía regularmente a sacerdotes y futuros sacerdotes a estudiar a Roma: actualmente son siete. Esto les da la oportunidad de estar más cerca del Papa Francisco, conocer la Iglesia universal y obtener las cualificaciones necesarias para enseñar en el seminario: «Y traerán este amor de vuelta a nuestra diócesis».

 

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03 marzo 2025, 10:35