Jubileo del Camino Neocatecumenal: la fe es un don inmenso
Augustine Asta - Ciudad del Vaticano
Como es tradición, tras la Eucaristía solemne presidida por el Santo Padre para clausurar el Jubileo de la Juventud, los jóvenes y matrimonios del Camino Neocatecumenal son convocados por el responsable del movimiento y su equipo internacional para un tiempo de ¡°llamadas vocacionales¡±.
Tor Vergata, a las afueras de Roma conocida por haber albergado tanto el Jubileo de los Jóvenes como la Jornada Mundial de la Juventud del año 2000, se ha convertido en un lugar emblemático para el Camino, que suele organizar allí grandes encuentros de oración y evangelización. El Jubileo del Camino, celebrado la tarde del lunes 4 de agosto, reunió a más de 120.000 jóvenes provenientes de 109 países, entre ellos Irak, India, Corea del Sur, Camboya, Vietnam, España, Italia y Francia. Todos ellos acompañados por sacerdotes, catequistas y unos 20 obispos.
El llamado vocacional
Luego de la oración inicial dirigida por el cardenal Baldassare Reina, Vicario de Su Santidad para la diócesis de Roma, se entonó un canto tomado del profeta Isaías: ¡°Yo vengo a reunir a todas las naciones¡±. Kiko Argüello, uno de los iniciadores del movimiento, tomó la palabra ante los presentes y explicó que este encuentro tiene como objetivo principal ¡°recoger los frutos del Jubileo de la Esperanza¡±. La esperanza, dijo, es una de las virtudes teologales. Por eso pidió que ¡°la fe del Bautismo, reavivada por el Camino Neocatecumenal, se cimentara sobre roca firme¡± para cada uno de los participantes.
Una invitación a la conversión
En un momento en que ¡°Europa atraviesa una crisis vocacional¡±, añadió Kiko, es crucial invocar al cielo por intercesión de la Virgen María para que los jóvenes respondan al llamado de Dios con un ¡°sí definitivo¡±.
¡°Muchos jóvenes escuchan el llamado de Cristo, pero acaban diciendo que no, por miedo¡±, señaló. Por eso, durante el Jubileo del Camino se reserva un momento especial para aquellos que ¡°sienten un llamado al sacerdocio o a la vida consagrada¡±. Se les invita a dar una respuesta definitiva ¡°sin temor alguno¡± y ¡°con plena libertad, como lo pide Cristo¡±.
En su primer Regina Caeli, el Papa León XIV ya había recordado la 62ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones:
¡°Hoy, hermanos y hermanas, tengo la alegría de rezar con ustedes y con todo el pueblo de Dios por las vocaciones, especialmente sacerdotales y religiosas. ¡La Iglesia las necesita con urgencia!¡±.
Dirigiéndose a los jóvenes, el Papa dijo: ¡°Es fundamental que los jóvenes, hombres y mujeres, encuentren en nuestras comunidades acogida, escucha y estímulo en su camino vocacional¡±. Y los animó con fuerza: ¡°¡No tengáis miedo! ¡Aceptad la invitación de la Iglesia y de Cristo Señor!¡±. Este llamado del Pontífice fue retomado por los iniciadores del Camino, como una reafirmación del carisma evangelizador del movimiento, en fidelidad al mandato de Jesús: ¡°Vayan y hagan discípulos a todas las naciones¡±.
La vocación, un misterio y un don
Justo después de la proclamación del Evangelio según san Mateo y antes de la liturgia de la Palabra inspirada en san Pablo, el cardenal Reina centró su intervención en el ¡°misterio de la vocación¡±. Siguiendo la línea del Papa, exhortó a los jóvenes a ¡°aspirar a lo más grande, a la santidad¡±.
¡°La mies es mucha y los obreros pocos¡±, dijo, subrayando que la Iglesia atraviesa un ¡°tiempo difícil en el que Dios es marginado¡±. Por ello, insistió en la necesidad de ¡°escuchar la llamada de Dios para recibir el don de la vocación sacerdotal o religiosa¡±.
La celebración coincidía, además, con la festividad del Santo Cura de Ars, lo cual ¡ªseñaló¡ª es una invitación a acoger el llamado de Dios, ¡°ese misterio que requiere conversión, recogimiento y paciencia¡±.
Una dimensión misionera
El Camino Neocatecumenal tiene una fuerte vocación misionera: envía familias y comunidades a evangelizar por todo el mundo, especialmente en las zonas donde la fe está debilitada, lo que se conoce como ¡°periferias existenciales¡±. Este encuentro fue una expresión del itinerario de fe de sus miembros ¡ªjóvenes y matrimonios¡ª que se reconocen llamados a ser evangelizadores.
¡°La fe es un don inmenso¡±, insistió Kiko Argüello. ¡°Y Dios quiere dártelo. Si no, no te habría traído hasta aquí¡±.
En una sociedad donde ¡°la familia está siendo atacada¡±, también recordó que ¡°el sacramento del matrimonio es algo muy serio¡±, subrayando que lo esencial ¡°es entregar la vida a Cristo¡±.
Al final del encuentro, el cardenal Reina, junto con los obispos presentes, impartió su bendición a los numerosos jóvenes que sintieron espontáneamente un primer llamado durante este Jubileo del Camino. Un movimiento nacido en Madrid a principios de los años 60 gracias al compromiso de Kiko Argüello y Carmen Hernández, que ha expandido por todo el mundo su misión evangelizadora.
Familias enteras parten hacia las periferias de países con tradición cristiana o hacia tierras de misión, acompañadas por sacerdotes del propio Camino.
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