Innovación e IA, el desafío de poner al ser humano en el centro
Roberto Paglialonga - Ciudad del Vaticano
¿Cómo podemos invertir en las tecnologías más avanzadas y, hoy, desarrollar sistemas de inteligencia artificial de forma ética, es decir, con respeto al ser humano y a su dignidad? Esta es la pregunta a la que unos cincuenta representantes y actores del mundo empresarial italiano e internacional, inversores de riesgo y representantes de instituciones y del sector académico, además de líderes de opinión y artistas, han tratado de responder durante el tercer Business Ethics Summit, organizado en la Pontificia Academia de Ciencias Sociales (Casina Pio IV), la mañana de este jueves 12 de junio. La preocupación predominante entre los participantes fue que una innovación desvinculada del respeto a la persona podría “quemar el futuro” de la humanidad, agudizando las desigualdades, dañando el medio ambiente y comprometiendo el sistema de trabajo en el que todos están llamados a expresarse.
Equidad, responsabilidad y sostenibilidad
"Es fundamental apostar por la equidad, la responsabilidad y la sostenibilidad", afirmó Eva Spina, responsable del Departamento de Digital, Conectividad y Nuevas Tecnologías del Ministerio de Empresa y Made in Italy, al presentar algunas iniciativas aprobadas en particular para los países africanos durante el G7 celebrado en Apulia el año pasado. Sin esos principios, añadió, es difícil equilibrar “las oportunidades de crecimiento y los riesgos que necesariamente produce la innovación”. Además, se sabe que si “la innovación mejora la calidad de vida también puede conducir a un aumento de las desigualdades y dañar el medio ambiente”.
La necesidad de una ética y de un sistema de principios universales
Sin duda, la ética puede desempeñar un papel importante en la llamada “era del poder y del progreso”. Brian Smith, decano asociado de investigación en la Escuela Lynch de Educación y Desarrollo Humano del Boston College, está convencido de ello y se preguntó provocativamente si puede haber “desarrollo sin justicia”. Partiendo del ejemplo de empresas que sugieren dejar de contratar personal y ofrecen a cambio “bots de IA” específicos para ciertas tareas, Smith reflexionó sobre la lección de Kant y su imperativo de “tratar siempre a la humanidad como un fin en sí mismo y nunca como un medio”. Por esta razón, explicó durante el evento —organizado por Core - Thinking Connections, con la colaboración de Boston College y Lumsa Human Academy, y el patrocinio de Axpo y Banca Ifis—, «es esencial crear un sistema de normas y principios universales que se apliquen a situaciones particulares. La dignidad es un principio que debe valorarse y que también prevalece sobre las inversiones, el desarrollo tecnológico y las estructuras de poder. Dignidad, respeto al trabajo, eficiencia: estos son los valores universales que queremos promover. Un marco ético-moral que nos guíe para comprender cómo crear tecnología sin afectar la prosperidad y la dignidad humanas», concluyó.
El valor del conocimiento
Muchos representantes de las empresas destacaron entonces la necesidad de promover un diálogo multi-stakeholder para evitar la fragmentación en la gobernanza del proceso de IA, y esto se debe a que, si en la primera y segunda revolución industrial se crearon redes físicas que luego se agregaron, la revolución actual reúne no solo redes físicas, sino también digitales y biológicas, creando una red que invierte datos y conocimiento. Por eso, “la formación es la única manera de preparar a las futuras generaciones”, afirmó Cristina Nardelli, de Unicri – Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia y directora de la Escuela de Verano sobre Inteligencia Artificial, Ética y Derechos Humanos de Lumsa Human Academy. “El conocimiento es poder”, reiteró Giuseppe Rao, director general de la Presidencia italiana del Consejo de Ministros, citando al filósofo Francis Bacon.
Poner la IA al servicio de las comunidades
Para concluir, Federica Zanella, miembro del consejo de administración de Trenitalia, afirmó: “la confianza y la transparencia están constantemente presentes entre las necesidades de esta revolución tecnológica”. Y sólo “poniendo la IA al servicio de las comunidades, no para enriquecer a unos pocos” sino para compartir con todos, “será posible restablecer algunas armonías, como un mejor trabajo y el apoyo a la equidad social”, añadió Giovanni Caccamo, artista y cantautor.
IA, Trabajo y Justicia para el Papa León XIV y el Papa Francisco
La dignidad, el trabajo y la justicia son precisamente temas queridos por el Papa León XIV. Robert Francis Prevost, al encontrarse con los cardenales en el Aula Nueva del Sínodo el 10 de mayo, dos días después de su elección, reveló que había elegido su nombre inspirándose en el Pontífice de la Rerum Novarum, León XIII. Así como aquella encíclica, explicó en la ocasión, abordó «la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial», así hoy «la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que traen nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, de la justicia y del trabajo». Incluso el Papa Francisco, hablando en la Fundación Centesimus Annus el 22 de junio de 2024 y reiterando lo que se había puesto de relieve en el G7 de Apulia unos días antes, había subrayado la “necesidad de un desarrollo ético de los algoritmos en el que los valores guíen los caminos de las nuevas tecnologías”. “La inteligencia artificial”, reiteró, “es y debe seguir siendo una herramienta en manos del hombre”.
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