Ucrania: Kulbokas insiste en la oraci¨®n y el »å¾±¨¢±ô´Ç²µ´Ç humanitario
Svitlana Dukhovych ¨C Ciudad del Vaticano
¡°Recemos por la paz en Ucrania, detengamos la guerra, apoyemos el diálogo". Con estas palabras, el Papa León XIV renovó su llamado tras la audiencia general de este miércoles, recordando el sufrimiento del pueblo ucraniano, golpeado nuevamente por ataques a civiles e infraestructuras. Un contexto de violencia que, según el nuncio apostólico en Ucrania, monseñor Visvaldas Kulbokas, no ha disminuido con el paso del tiempo, sino todo lo contrario.
Excelencia, después del llamamiento del Papa de hoy, ¿qué le gustaría decir?
Las palabras del Papa León XIV sobre los ataques a las ciudades ucranianas y a las infraestructuras, junto con su invitación a rezar por la paz, son realmente cruciales. Quisiera destacar especialmente ese último punto: la oración por la paz. Porque, después de casi cuatro años de guerra, los ataques contra las ciudades y la infraestructura civil no solo no disminuyen, sino que aumentan. En los últimos días, incluso en la capital Kyiv, hemos visto bombardeos constantes, día y noche.
Ningún ejército del mundo podría resistir ataques tan intensos. Ante esta situación ¡ªdonde nadie puede proteger la vida, las ciudades ni las infraestructuras¡ª el llamado del Papa es claro: recemos por la paz. Estamos en mayo, el mes del Rosario, y no puedo evitar recordar las palabras de la Virgen en Fátima: ¡°Recen, recen, recen. Con la oración vencerán la destrucción y la guerra y lograrán la conversión de los corazones¡±. La oración es prácticamente nuestra única arma, como Iglesia y como humanidad. Personalmente, agradezco mucho este llamado del Santo Padre.
En los últimos días se produjo el intercambio de prisioneros más grande entre Ucrania y Rusia desde el inicio de la guerra. Sabemos que la cuestión de los prisioneros es muy importante para la Santa Sede. ¿Qué puede decir sobre este intercambio?
Así es. Desde la Nunciatura recibimos múltiples llamadas diarias de familias y asociaciones que buscan ayuda para encontrar a sus seres queridos desaparecidos o detenidos, muchos de ellos civiles. Este intercambio ha sido muy significativo: mil prisioneros por cada parte. Es una alegría enorme para quienes han vuelto a casa.
Sabemos que este fue, prácticamente, el único resultado concreto de las conversaciones en Estambul el 16 de mayo pasado. Aunque no se hayan resuelto los asuntos políticos, el diálogo demuestra su valor al menos desde el punto de vista humanitario. Es un avance positivo.
La mayor dificultad, sin embargo, sigue siendo con los civiles y los niños, porque casi no hay posibilidades de intercambiarlos. ¿Qué puede ofrecer Ucrania a cambio de ellos? Paradójicamente, es más sencillo intercambiar prisioneros militares, ya que Ucrania puede negociar algo por ellos, pero no es lo mismo con los civiles. Por eso debemos redoblar esfuerzos y oraciones, aunque es difícil saber hacia dónde concentrar las fuerzas, porque parece un callejón sin salida.
Parte de los prisioneros liberados eran civiles, lo cual me alegra. Sin embargo, el número de civiles rusos que quedan en Ucrania es muy pequeño, muy lejos del número de civiles ucranianos retenidos en el otro lado.
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