El Papa: Vivir la caridad para el bien integral de los demás
Isabella H. de Carvalho - Ciudad del Vaticano
"Vivir la caridad en atención al bien integral del prójimo, de hecho, 'es una gran oportunidad para el crecimiento moral, cultural e incluso económico de toda la humanidad'". León XIV enmarca así el significado de las obras de caridad, haciéndose eco también del pensamiento de sus predecesores, al citar la carta encíclica de Juan Pablo II "", publicada en 1991, en el centenario de la publicación de la encíclica de León XIII "".
El Papa dirigió este pensamiento a un grupo de la , reunido esta mañana, 1 de septiembre, en el Palacio Apostólico, subrayando tres "aspectos complementarios y fundamentales de la caridad", a saber, "asistir, acoger y promover". Desde hace más de 60 años, esta fundación, fundada por iniciativa de los Frailes Menores Capuchinos de Milán, trabaja para servir y ayudar a los pobres y a los marginados de la sociedad.
Para el Pontífice, estos tres elementos encapsulan "la tarea que la Iglesia" confía a la Opera San Francesco "en beneficio de las personas que gravitan en torno a las estructuras" que gestionan y "también de toda la sociedad".
Asistir y acoger en una sociedad
Al destacar estos tres aspectos importantes de la caridad, el Papa ofrece una guía para quienes realizan actividades al servicio de los demás. Comienza por la asistencia, que significa "hacerse presente a las necesidades del prójimo", explica.
De hecho, aplaude las iniciativas de la Opera San Francesco per i Poveri de Milán, que atienden a "más de treinta mil personas al año" y van desde "comedores a guardarropa, desde duchas a clínicas, desde servicios de apoyo psicológico a orientación laboral".
"Es impresionante la cantidad y variedad de servicios que, a lo largo de los años, habéis conseguido organizar y ofrecer a quienes acuden a vosotros", reitera. Junto a la asistencia, pues, está la acogida, "es decir, hacer sitio a la otra persona en el propio corazón, en la propia vida, dando tiempo, escucha, apoyo, oración", prosigue León XIV.
Promover la dignidad en la libertad
A continuación, el Pontífice afirma la importancia de "promover" a las personas, "como Dios hace con cada uno de nosotros, mostrándonos un camino, ofreciéndonos toda la ayuda necesaria para seguirlo, pero dejándonos luego libres". Y vuelve a citar la encíclica "Centesium Annus" de Juan Pablo II, en la que explicaba que "valorizar eficazmente la dignidad y la creatividad de cada persona" significa darle la capacidad de "responder a su propia vocación y, por tanto, a la llamada de Dios, contenida en ella".
Un fundamento en la tradición franciscana
En su discurso, el Papa recordó también los orígenes de esta fundación, nacida de "un humilde fraile portero, el venerable fray Cecilio María Cortinovis, sensible a las necesidades de los pobres que llamaban a la puerta del convento de los capuchinos de Viale Piave, en Milán". Cuando pidió "al Señor que le ayudara a prestar mejor asistencia a estos amigos", "la Providencia le respondió, poniendo a su lado a otra persona generosa: el Dr. Emilio Grignani", dando vida a la "hermosa aventura" de la Opera San Francesco para los pobres, reflexiona León XIV.
Insistiendo en cómo esta realidad "se sitúa en la estela de la tradición franciscana", el Pontífice recuerda las palabras del Santo de Asís: "Hay que devolver el manto al pobre: porque es suyo" y en los enfermos se ven "las enfermedades con las que Jesús se revistió".
Anima a los representantes de la Obra de San Francisco a honrar "el Cuerpo de Cristo, herido y al mismo tiempo en continua curación, cuyos miembros se ayudan mutuamente, unidos a la Cabeza en el mismo amor; precisamente por esto vemos un cuerpo vivo, que crece día a día hacia su plena madurez".
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