Le¨®n XIV: Que la amenaza de destrucci¨®n ceda el paso al di¨¢logo
Edoardo Giribaldi ¨C Ciudad del Vaticano
En pleno verano romano, el eco de una tragedia lejana en el tiempo, pero cercana a la conciencia de la humanidad, resuena hoy, 6 de agosto, en la Plaza de San Pedro. El Papa León XIV, al concluir su audiencia general, hizo un emotivo llamamiento a la comunidad internacional, recordando el 80.º aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima, preludio del bombardeo de Nagasaki, que se conmemorará el 9 de agosto.
La "devastación" de las guerras y las armas nucleares
¡°Deseo asegurar mis oraciones¡±, declaró el Pontífice, ¡°por todos aquellos que han sufrido las consecuencias físicas, psicológicas y sociales¡±. Continuando con su llamado, el Papa afirmó: ¡°A pesar del paso de los años, estos trágicos acontecimientos constituyen una advertencia universal contra la devastación causada por las guerras y, en particular, por las armas nucleares¡±. Estas palabras se hacen eco de las contenidas en el mensaje enviado a Monseñor Alexis Mitsuru Shirahama, Obispo de Hiroshima, en el que León XIV instó a la gente a tener ¡°la valentía de deponer las armas¡±, especialmente ¡°las capaces de causar catástrofes indecibles¡±.
Recurrir a la justicia, al diálogo y a la fraternidad
En un contexto internacional «marcado por fuertes tensiones y conflictos sangrientos», el Papa renueva su llamamiento a superar la lógica de la disuasión nuclear: «Espero que, en el mundo contemporáneo, la seguridad ilusoria basada en la amenaza de la destrucción mutua ceda el paso a los instrumentos de la justicia, a la práctica del diálogo y a la confianza en la fraternidad».
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