León XIV a los 箩ó惫别苍别蝉 egipcios: la resurrección es la fuente de esperanza
Alessandro Di Bussolo – Ciudad del Vaticano
La repentina muerte de su compañera de peregrinación nos trae a todos una tristeza muy humana y comprensible, y es un poderoso recordatorio de que no tenemos control sobre nuestras vidas. Pero, al igual que Marta y María con su hermano Lázaro, aprendemos que Jesús es vida y resurrección. Esta es la fuente última de nuestra esperanza, incluso en este Año Jubilar de la Esperanza: «Nuestra esperanza está en Jesucristo resucitado». Estas son las palabras espontáneas, en inglés, con las que el Papa León XIV se dirigió con emoción a los jóvenes egipcios y sus compañeros, reunidos en el pequeño salón del Aula Pablo VI alrededor del mediodía. Con ellos, había llegado Pascale Rafic, de 18 años, fallecida, anoche, tras sufrir una afección cardíaca, durante su participación en el Jubileo de los Jóvenes.
Fe en Jesús para seguir adelante a pesar del dolor
Organizados en círculo en el pequeño salón, los jóvenes, aún conmocionados por la pérdida de su amiga, escuchan al Papa, acompañado por Mons. Jean-Marie Chami, Obispo titular de Tarso y Obispo auxiliar de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Greco-Melquitas para Egipto, Sudán y Sudán del Sur, quien guía la peregrinación. León XIV se solidariza con ellos y con su tristeza, lo cual es comprensible, «sobre todo estando tan lejos de casa y en una ocasión como esta en la que nos reunimos verdaderamente para celebrar nuestra fe con alegría».
De alguna manera, al celebrar este año jubilar de esperanza, recordamos con mucha fuerza cuánto nuestra fe en Jesucristo debe ser parte de quiénes somos, de cómo vivimos, de cómo nos valoramos y respetamos unos a otros y, sobre todo, de cómo seguimos avanzando a pesar de experiencias tan dolorosas.
La esperanza de quienes vieron a Jesús resucitar de entre los muertos
El Pontífice recuerda entonces que «San Agustín nos dice que cuando alguien muere, es muy humano y natural llorar y sufrir, sentir la pérdida de un ser querido». Pero también nos dice «no llorar como los paganos, porque hemos visto a Jesucristo morir en la cruz y resucitar».
Es Cristo resucitado, continúa el Papa León XIV, quien «nos llama a todos a renovar nuestra fe, nos llama a todos a ser amigos, hermanos y hermanas los unos de los otros, a sostenernos mutuamente, y dice: también vosotros debéis ser testigos de ese mensaje evangélico».
Dolor por la pérdida, consuelo y nueva esperanza
Y para todos ustedes, esto les ha tocado de una manera muy personal y directa hoy. Por eso, en este dolor que experimentan por la pérdida de su amiga, tenemos la oportunidad de reunirnos, orar, renovar nuestra fe y pedirle a Dios el descanso eterno para nuestra hermana, pero también el consuelo y el fortalecimiento de nuestra fe, para que se renueve en la esperanza. Como Iglesia, como hermanos y hermanas, nos hemos reunido por este motivo.
La oración final del Papa, antes de bendecir a todos los presentes en la pequeña sala, es una petición al Señor "para que esté con nosotros, para que esté con todos vosotros mientras vivís estos días de peregrinación en el año del Jubileo de la Esperanza, y para que todos seáis protegidos por el amor y la gracia de Dios".
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