En el s¨ª de Mar¨ªa se prolonga la fecundidad de la Iglesia
Vatican News
Así comenzó su el Papa León XIV durante la misa celebrada esta mañana a las 10:00 con motivo de la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, que tuvo lugar en la Parroquia Pontificia de Santo Tomás de Villanueva en Castel Gandolfo.
Hoy contemplamos cómo Dios vence a la muerte
Tras afirmar que ¡°encarnándose en ella, el Dios de la vida y de la libertad ha vencido a la muerte¡±, el Santo Padre recordó que ¡°hoy contemplamos cómo Dios vence a la muerte, pero no sin nosotros¡±. El reino es suyo, dijo, pero nuestro es el ¡°sí¡± a su amor que todo puede cambiar. Y en la cruz, Jesús pronunció libremente el ¡°sí¡± que debía vaciar de poder a la muerte, esa muerte que aún se difunde cuando nuestras manos crucifican y nuestros corazones son prisioneros del miedo y de la desconfianza.
¡°Y María ¨C prosiguió diciendo el Papa León ¨C e staba; estaba allí, unida al Hijo¡±. Por esta razón añadió que ¡°hoy podemos intuir que María somos nosotros cuando no huimos, somos nosotros cuando respondemos con nuestro ¡®sí¡¯ a su ¡®sí¡¯. En los mártires de nuestro tiempo, en los testigos de la fe y de la justicia, de la mansedumbre y de la paz, ese ¡®sí¡¯ sigue viviendo y sigue enfrentando a la muerte¡±.
Nada se pierde
Refiriéndose al pasaje evangélico de la Visitación propuesto por la liturgia para esta solemnidad, el Papa dijo que ¡°san Lucas transmite en esta página la memoria de un momento crucial en la vocación de María¡±.
Un canto ante las palabras insuficientes
En cuanto al Magníficat, que el Evangelio pone en labios de la joven María, el Papa dijo que ¡°irradia ahora una luz que ilumina su historia¡±.
Precisamente porque ¡°las palabras no son suficientes¡±, el Pontífice dijo que ¡°es necesario un canto, que la Iglesia sigue entonando cada día, al atardecer¡±, y ¡°de generación en generación¡±.
Además, al destacar ¡°la sorprendente fecundidad de la estéril Isabel¡± que ¡°confirmó a María en su confianza¡±, ¡°le anticipó la fecundidad de su ¡®sí¡¯, que se prolonga en la fecundidad de la Iglesia y de toda la humanidad, cuando la Palabra renovadora de Dios es acogida¡±.
De esa manera, explicó el Papa, ¡°la resurrección entra también en nuestro mundo. Las palabras y las decisiones de muerte parecen prevalecer, pero la vida de Dios trunca la desesperación por medio de experiencias concretas de fraternidad, por medio de nuevos gestos de solidaridad¡±.
El Pontífice también abordó lo que sucede, lamentablemente, en algunas ocasiones, ¡°donde predominan las seguridades humanas, un cierto bienestar material y esa relajación que adormece las conciencias¡±, que hace que ¡°esta fe puede envejecer¡±.
Sin embargo, añadió, ¡°la Iglesia vive en sus miembros frágiles, rejuvenece gracias a su Magníficat. También hoy las comunidades cristianas pobres y perseguidas, los testigos de la ternura y del perdón en los lugares de conflicto, los operadores de paz y los constructores de puentes en un mundo hecho pedazos son la alegría de la Iglesia, son su permanente fecundidad, las primicias del Reino que viene¡±.
Todos, en Cristo, podemos vencer a la muerte
Hacia el final de su homilía recordó que cuando ¡°elegimos la vida durante nuestra existencia, tenemos motivos para contemplar nuestro destino en María, asunta al cielo. Ella nos ha sido dada como el signo de que la resurrección de Jesús no fue un caso aislado, ni una excepción¡±.
En el amor de Cristo, concluyó ¡°como individuos y como Iglesia ya no vivimos para nosotros mismos. Es precisamente esto ¨C y sólo esto ¨C lo que hace que se difunda y prevalezca la vida. Nuestra victoria sobre la muerte comienza desde ahora¡±.
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