Una reliquia de San León Magno en la cruz pectoral de plata del Papa
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Guiando los pasos de León XIV se encuentra ahora San León Magno, 44º sucesor de Pedro, que vivió entre los siglos IV y V, contemporáneo de San Agustín, que promovió la unidad de la Iglesia, combatió las herejías, definió la primacía del obispo de Roma y compuso las más bellas Colectas del Misal Romano. En la cruz pectoral de plata donada al Papa Prevost el día de su elección, el 8 de mayo, por el Círculo de San Pedro, se conservan desde ayer las reliquias ex ossibus de cuatro obispos: las de su predecesor del mismo nombre, obispo de Roma, de San Agustín obispo de Hipona, de Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia y de Anselmo Polanco, beato, obispo de Teruel, mártir.
La idea del custodio del Sagrario Apostólico
La idea de mandar hacer un nuevo «relicario» para León XIV, que se insertaría en la cruz pectoral recibida como regalo del Papa, partió del custodio del santuario apostólico, el padre Bruno Silvestrini, de la comunidad agustiniana de la Sacristía Pontificia. A partir del deseo de su hermano Pontífice de contar con la protección y guía de León Magno, el religioso pensó en recurrir al relicario Antonino Cottone, que ya había realizado cinco reliquias, con técnicas tradicionales medievales, para la cruz pectoral regalada a Prevost por la Curia General agustiniana el día de su creación cardenalicia, el 30 de septiembre de 2023.
Un trabajo minucioso
El experto tardó sólo dos horas en crear, con minuciosa precisión y apasionada dedicación, una nueva pequeña cruz con filigranas de papel dorado (paperoles) sobre moaré rojo (tejido jaspeado, es decir, cuyo aspecto simula el veteado de la madera o el mármol, produciendo un efecto iridiscente), donde 4 diminutas flores de papel sostenían las reliquias de los 4 ilustres pastores de la Iglesia. Con sus hábiles manos, Cottone enrollaba, moldeaba y pegaba diminutas tiras de papel para crear una serie de elementos decorativos entre los que luego insertaba los preciosos fragmentos de los «huesos sagrados».
La entrega a León XIV
Una vez terminado su trabajo, el artesano colocó la «cruz relicario» dentro de la cruz pectoral papal y, emocionado, se la entregó a León XIV colocándosela alrededor del cuello. El Papa recibió con alegría la cruz pectoral enriquecida con las reliquias de los cuatro obispos que le son particularmente queridos.
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