El Papa llama por teléfono al cardenal Karlic y le expresa su apoyo tras una cirugía
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Una voz tranquila y serena que, en la tarde del martes 20 de mayo, susurró por teléfono palabras de agradecimiento y apoyo al cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná (Argentina), convaleciente de una delicada operación quirúrgica. El Papa León XIV quiso expresar personalmente su cercanía al cardenal, con 99 años uno de los miembros más ancianos del Colegio Cardenalicio (segundo sólo después del Nuncio Angelo Acerbi) y le llamó por teléfono el mismo día que recibió el alta hospitalaria, agradeciéndole, en español, su servicio a la Iglesia y asegurándole sus oraciones durante este período de recuperación.
Hospitalización y operación
El 10 de mayo, el cardenal Karlic fue hospitalizado debido a un paro cardíaco y pocos días después fue sometido a una cirugía para implantarle un marcapasos. Tras un resultado positivo, fue dado de alta y trasladado al hogar sacerdotal Jesús Buen Pastor para continuar su convalecencia. Ese mismo día, pues, tuvo lugar el gesto de afecto de León XIV: un momento de “gran sencillez” y de “enorme gracia” que “lo dejó con una profunda paz”, según lo definió el Arzobispado de Paraná que a través de su página web oficial difundió la noticia de la conversación.
Una antigua amistad
Alerta y consciente, pero todavía débil tras su estancia hospitalaria, el cardenal Karlic – explicó a los medios locales el padre Eduardo Tanger, vicario de la Catedral Metropolitana – no pudo hablar durante la llamada telefónica, pero quedó muy impresionado por esta iniciativa del Papa al que le une una antigua amistad. Desde 2005, el cardenal está afiliado a la Orden de San Agustín, comunidad en la que el entonces padre Prevost era Prior general. Durante sus viajes a Roma, se alojaba a menudo en la Casa General de los Agustinos donde tuvo la oportunidad de conocer al futuro Papa.
Creado cardenal por Benedicto XVI en 2007, Karlic celebró su 99º cumpleaños el 7 de febrero en el monasterio de Nuestra Señora del Paraná, en Aldea María Luisa, acompañado por las monjas benedictinas.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí