Francisco: El legado de su ense?anza sobre ±ð³¦´Ç²Ô´Ç³¾¨ª²¹ y medio ambiente
Vatican News
El planeta entero y sus líderes saludan hoy a un pontífice, el Papa Francisco, que predicó y recordó, hasta el punto de consumir todas sus energías y mirar la historia desde el lado de los últimos y los descartados, que ¡°esta economía¡± puede matar y que el mercado no basta.
Dejando claro que la economía que mata corre el riesgo de acabar destruyéndose a sí misma en una espiral de crisis financieras, de deuda, sociales y de emergencia climática. Debemos pues prestar mucha atención a sus reflexiones y advertencias precisamente por razones éticas y morales, es decir, globalmente humanas/humanitarias, para perseguir el bien común e identificar caminos de beneficio mutuo que eviten la sucesión de acontecimientos dramáticos y garanticen en cambio la supervivencia del planeta y de la coexistencia organizada.
La deuda ecólogica
Si quienes hoy lo recuerdan con emoción quieren verdaderamente honrar su memoria y realizar parte de su testamento espiritual, podrían comenzar a hacerlo aprovechando la oportunidad del Jubileo para realizar uno de sus grandes deseos. Aprovechar este momento para encontrar mecanismos de compensación entre la deuda ¡°ecológica¡± de los países ricos y la deuda externa de los países pobres, una carga cada vez menos sostenible y agravada por la situación macroeconómica mundial de altos tipos de interés y el trato injusto a los deudores a nivel financiero. Es un hecho que hoy en muchos países pobres o emergentes el servicio de la deuda consume más recursos que los invertidos en salud y educación, condenando a la pobreza a una parte fundamental de las nuevas generaciones.
El concepto de deuda ecológica encarnado por el Papa Francisco en Laudato Si considera que los países históricamente ricos han utilizado una parte desproporcionadamente mayor de los ¡°derechos a contaminar¡± sin compensar a los países pobres que han contaminado mucho menos y, por lo tanto, tienen una responsabilidad hacia ellos.
Conversión de deuda en inversión
Siguiendo la línea de concreción propia de Francisco, queremos proponer combinar la perspectiva ideal con la viabilidad promoviendo iniciativas de conversión de deuda en inversión para la transición ecológica. Se trata de algunas iniciativas parciales que tienen el potencial de aliviar la carga de la deuda de los países deudores y que, al mismo tiempo, benefician a los propios países acreedores por al menos cuatro razones.
En primer lugar, abordar el calentamiento global mediante la mitigación de las emisiones es un bien público mundial en el que se necesitan los esfuerzos de todos, incluidos los de los países de ingresos bajos y medios. En segundo lugar, las inversiones en adaptación al calentamiento global en los países deudores, que muy a menudo se encuentran en las zonas más afectadas por la emergencia climática, son esenciales para reducir el riesgo mismo de solvencia de los deudores.
En tercer lugar, la emergencia climática está haciendo insostenible la relación entre recursos y población en muchos de estos países, alimentando migraciones climáticas que corren el riesgo de crear flujos aún mayores y más difíciles de gestionar en el futuro en las puertas de los países de altos ingresos, así como entre los propios países pobres o emergentes. En cuarto lugar, las crisis de deuda siempre anuncian inestabilidad política no sólo a nivel nacional sino también mundial.
Convertir una parte de la deuda y sus pagos de intereses en un fondo de garantía para inversiones en proyectos de mitigación y adaptación capaces de combatir la pobreza energética en las comunidades locales, promoviendo la creación de plantas de producción a partir de fuentes renovables con participación popular, puede por tanto contribuir a alcanzar el doble objetivo de acelerar el camino hacia la transición ecológica combatiendo las condiciones de pobreza en los países deudores.
Protagonismo de los gobiernos
Sin entrar en detalles técnicos sobre las diferentes modalidades de implementación, la iniciativa, a ser implementada con el protagonismo de los gobiernos, la sociedad civil local y las comunidades, sería también generativa para los países más vulnerables que no pueden honrar su deuda, atrayendo recursos adicionales de los bancos regionales de desarrollo y aprovechando la conversión de los Derechos Especiales de Giro asignados a los países acreedores, parte de los cuales se prometen como destino para la promoción de políticas globales de desarrollo.
Tutela de la dignidad de cada persona
El legado espiritual de Francisco parte de una reflexión teológica, pastoral y antropológica sobre la tutela de la dignidad de cada persona y apela en su última fase con Fratelli Tutti al tema de la fraternidad perdida, que es el verdadero eslabón perdido que hace ineficaz e improductiva la libertad y la búsqueda de la igualdad. Los conflictos entre regiones y países, las rivalidades económicas y la búsqueda de poder generan crisis y producen violencia, que también envenena las relaciones humanas. Debemos responder a esto alimentando nuestro planeta con inteligencia relacional, con relaciones humanizadoras, entre personas y entre instituciones.
Daríamos un paso adelante inspirándonos en el legado espiritual del Papa Francisco y comenzando un camino en esa dirección.
Helen Alford, Presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales
Alfonso Apicella, Oficial Superior de Campañas de Incidencia Global de Caritas Internacional
Leonardo Becchetti, Universidad Tor Vergata, Director del Festival Nacional de Economía Civil
Luigino Bruni, Universidad LUMSA, Fundador de Economía Francesco
Iftekhar Hasan, Universidad de Fordham, Editor de la Revista de Estabilidad Financiera
Phoebe Koundouri, Universidad de Atenas, Presidenta
Giulio Guarini, Universidad de Tuscia
Riccardo Moro,
Gianni Vaggi. Universidad de Pavía
Stefano Zamagni, expresidente de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales
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