Tagle: Oremos para que el Papa experimente la cercanía de la comunidad cristiana
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Es un cielo nocturno con pocas nubes el que domina la Plaza de San Pedro, mientras, en punto de las 21, se entonan los cantos que introducen el Rosario por el Papa con la contemplación de los misterios dolorosos organizado por el Vicariato de la Ciudad del Vaticano. La lluvia vespertina dio paso a una temperatura suave y cientos de personas se reunieron por segunda noche consecutiva frente a la Basílica Vaticana para rezar por la salud de Francisco, internado en el Policlínico Gemelli desde el 14 de febrero y en condiciones clínicas “críticas, pero estables”, anunció esta tarde, 25 de febrero, la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Quien guía la oración mariana, para que por intercesión de la Virgen Francisco pueda "experimentar la presencia amorosa del Señor Resucitado y la cercanía solidaria de la comunidad cristiana", está el cardenal Luis Antonio Tagle, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización.
La “Madre de la Iglesia” ante San Pedro
En la oscuridad de la noche, iluminada por las luces que embellecen el hemiciclo de Bernini y la Basílica de San Pedro, la mirada amorosa de María, que sostiene tiernamente al Niño Jesús en la imagen de la "Madre de la Iglesia" colocada en el escenario del centro del atrio, parece acoger con afecto a laicos, religiosos, sacerdotes, jóvenes, familias con niños, cardenales y prelados con el pensamiento dirigido al Papa. Rosas blancas y capullos de lilas adornan el icono de la Virgen en el marco esencial del momento de oración. Los dos primeros sectores de la plaza reservados para los fieles multitudinarios.
Un clima profundo de meditación
“Primer Misterio Doloroso: La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos”: anuncia el primer lector, luego el Cardenal Tagle recita la primera parte del “Padre Nuestro”. Todos continúan en un clima de profunda meditación, frente a la Basílica de San Pedro, abrazados por la columnata de la plaza. Las cuentas del rosario en tus manos y tus dedos dejan fluir las cuentas del “Ave María”. El susurro de cada uno para invocar, junto a todos los demás, dando vida a una única voz orante: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros”. Varios representantes de la Curia romana, entre ellos los cardenales Gambetti, Reina, Prevost, Lajolo, Burke, de Mendonça, Sarah, Grech, Makrickas y sor Raffaella Petrini que, a partir del 1 de marzo, asumirá el cargo de presidenta de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Gobernación. Las notas del “Gloria al Padre”, cantadas por el coro y los participantes en la oración, parecen fortalecer la oración del pueblo de Dios que no se deja distraer por fotógrafos y camarógrafos.
Oraciones espontáneas por Francisco
Las Letanías lauretanas cierran el Rosario por el Papa, que el cardenal Tagle concluye pidiendo a Dios que envíe su Espíritu «para ayudarnos en nuestra debilidad, para que, perseverando en la fe, crezcamos en el amor y caminemos juntos hacia la meta de la bienaventurada esperanza». Por último, se entona en canto gregoriano el “Oremus pro Pontifice”, una antigua oración al Papa, para que el Todopoderoso preserve a Francisco, “le dé vida y salud, lo haga feliz en la tierra y lo preserve de todo mal”. La multitud en la Plaza de San Pedro se dispersa, pero las oraciones de los fieles no cesan y en un pequeño grupo espontáneo se expresan las peticiones del corazón, con especiales intenciones para el Papa Francisco.
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