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Felipe Herrera-Espaliat

Ni un ápice de descanso se permitió el Santo Padre tras su viaje a Budapest y Eslovaquia, experiencia que evaluó lleno de gratitud en la Audiencia General del miércoles. Francisco tuvo, además, significativos encuentros esta semana juntos a representantes de diversas realidades eclesiales que trabajan por la evangelización. A todos ellos manifestó su agradecimiento, pero también les expresó la necesidad de abrirse a la acción del Espíritu Santo para obrar según el querer de Dios. Eso implica, entre otras cosas, la actitud permanente de servicio al estilo de Jesús, como el Papa lo explicó durante el Ángelus del domingo.