Un plan para Ucrania: En Londres, Europa intenta relanzar objetivos
Roberto Paglialonga - Ciudad del Vaticano
Lo que tuvo lugar ayer en Lancaster House, en Londres, fue una cumbre para intentar no romper definitivamente con Estados Unidos y para abordar la cuestión de la guerra en Ucrania. Tras el espectacular enfrentamiento en la Casa Blanca entre Donald Trump y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que fue retransmitido a todo el mundo el viernes, era inevitable que los 19 dirigentes invitados por el primer ministro británico, Keir Starmer, tuvieran como objetivo una ¡°reconciliación¡± entre las dos orillas del Atlántico. Además, el propio Starmer ha intentado por todos los medios suavizar las cosas: por un lado, afirmó que ahora Europa está llamada a "hacer el trabajo pesado" para intentar romper con el paraguas militar estadounidense, por otro quiso reiterar la esencialidad del "apoyo estadounidense". Y el propio Zelenski, mientras en sus despachos se trabaja para relanzar el acuerdo de cooperación entre Kyiv y Washington sobre la extracción de tierras raras, repitió que "sin EEUU será difícil para Ucrania".
No hay ruptura con Trump
En Londres, en lugar de invectivas, predominaron los abrazos, y no sólo metafóricos. Y al final triunfó la prudencia, en lugar de las prisas. Para utilizar una metáfora deportiva: si los estadounidenses aman el fútbol, ??los europeos, especialmente Gran Bretaña y Francia, prefieren el rugby. Un juego que, por su naturaleza, en lugar de incursiones violentas, busca conquistar porciones del campo mediante maniobras envolventes, pacientes, que pretenden vincular la fase de ataque con la de defensa. No es casualidad que fueran Starmer y Emmanuel Macron quienes guiaron las decisiones que finalmente se tomaron. Y, en primer lugar, no puede dejar de sorprender que fuese un país en realidad extracomunitario el que asumiera el liderazgo, pero quizá precisamente por eso facilitado en su papel de "puente" con EEUU.
Una coalición de los dispuestos
El acuerdo de ayer prevé mantener la ayuda militar a Ucrania, al mismo tiempo que se endurecen las sanciones contra Rusia (que hasta ahora no ha mostrado ningún debilitamiento significativo de las fuerzas de Moscú); garantizar la soberanía y la seguridad de Kyiv; aumentar sus capacidades de defensa para prevenir cualquier invasión futura; Por último, formar una ¡°coalición de voluntarios¡±, con un contingente militar de 30 a 40.000 unidades, para garantizar la paz en Ucrania. Esta iniciativa, impulsada por Londres y París, pero que se expone a grandes problemas. ¿Qué países participarían? Por el momento todo queda a la libre adhesión de los individuos. Macron ha declarado, en este sentido, que quiere "a Italia a nuestro lado", pero la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha respondido mientras tanto que para no poner en riesgo el vínculo transatlántico y la unidad de Occidente, sería necesario partir de la OTAN.
Defensa común europea
Sin embargo, otra pregunta: ¿los contingentes europeos en la frontera con Rusia no correrían el riesgo de precipitar una escalada del conflicto, en lugar de aportar oportunidades concretas de mantenimiento de la paz? Una pregunta legítima, dado que el líder del Kremlin, Vladimir Putin, ya ha descartado la presencia de tropas europeas para mantener la paz en Ucrania. Además, en la propia Europa no faltan posiciones disonantes, como la del presidente húngaro, Viktor Orban, o la del primer ministro eslovaco, Robert Fico, sin duda entre las más cercanas a Moscú. Y finalmente, ¿qué papel jugaría la Alianza Atlántica en este escenario? Su secretario general, Mark Rutte, explicó que muchos países están dispuestos a aumentar el gasto de defensa, que hoy está por debajo del 2% del PIB para muchos países. El jefe del Elíseo también pidió que "nos preparemos para un objetivo del 3-3,5%". Unas declaraciones que recuerdan naturalmente el tema candente de estas horas y que también será objeto de debate en el Consejo Europeo del jueves, es decir, el de la defensa europea común y la asignación de fondos para la industria militar. De nuevo Macron, en declaraciones a «Le Figaro», pidió dar un mandato a la Comisión Europea para encontrar «financiaciones innovadoras», como un préstamo conjunto o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), porque «necesitamos 200.000 millones de euros para poder invertir».
Acuerdo por definir
La propia Unión Europea, en el coro de voces que tomaron la palabra, parecía tener dificultades para intentar alcanzar a los países miembros individualmente y imponerse como contrapeso al liderazgo de Trump, con posiciones bastante duras: la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, declaró que era hora de "rearmar urgentemente a Europa" para convertir a Ucrania en un "puercoespín indigesto para Rusia". En resumen, si por un lado ha habido un despertar -aunque disimulado de cautela hacia las posiciones del aliado norteamericano- por parte del Viejo Continente; Por otra parte, más allá de la retórica de los dirigentes europeos», señala el sitio web «Politico», el aspecto crucial parece ser todavía «la falta de detalles sobre lo que contendría realmente un posible plan de paz o sobre cómo Starmer y Macron conseguirán el consentimiento de la Casa Blanca». Lo cual, por el momento, a pesar de los abrazos, no ayuda a Ucrania a salir del aprieto ni a que la causa de la paz se afirme.
Gracias por haber le¨ªdo este art¨ªculo. Si desea mantenerse actualizado, suscr¨ªbase al bolet¨ªn pulsando aqu¨ª