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Roberto Cetera – Ciudad del Vaticano

«Se acabó la tregua». Gershon Baskin no se anda con rodeos a la hora de comentar a los medios vaticanos el bloqueo de la ayuda humanitaria en Gaza y las incursiones de ayer por la mañana en varias zonas de la Franja.

«Israel – explica Baskin – no tiene intención alguna de pasar a lo que se denomina ‘fase dos', que prevé el fin de la guerra y la retirada de las tropas». Netanyahu – tal como había prometido desde el momento del acuerdo al ministro Smotrich y a sus aliados de la extrema derecha nacionalista y religiosa (n.d.r.) – tiene la intención que continuar la guerra.

Sigue pregonando la necesidad de luchar en Gaza hasta la victoria final sobre Hamás. Pero está claro que ninguna solución militar conducirá a la victoria final; de hecho, sólo trabaja por la supervivencia política de su Gobierno y de su «personal».

El bloqueo de las ayudas

Sobre el bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza, Baskin comenta: «No es más que una horrible provocación para allanar el camino a la reanudación de la guerra. Tendrá terribles repercusiones en la población, no en la capacidad militar residual de Hamás».

Según el activista por la paz, «existen soluciones políticas viables a través de la mediación y el compromiso» para evitar la reanudación de los combates. «Soluciones que son realísticamente viables de inmediato mediante la transición a la segunda fase de las negociaciones – señala – que deberían haber comenzado hace ya quince días según el calendario acordado, pero que Israel ha desatendido».

Además, esta elección implica abandonar a su suerte a los rehenes que siguen en manos de Hamás. Nuestra única esperanza ahora es que el presidente Trump intervenga con decisión para reanudar las negociaciones con la misma fuerza empleada el pasado enero, obligando a ambas partes a un «alto el fuego».