La peregrinación de Nuestra Se?ora de Fátima por las 肠á谤肠别濒别蝉 italianas
Roberta Barbi – Ciudad del Vaticano
La idea surgió tras leer la «Spes non confundit», la bula de convocatoria del Jubileo 2025 dedicado a la esperanza, en la que el papa Francisco pedía un gesto concreto de cercanía hacia los reclusos, que los invitara a mirar hacia el futuro con esperanza. «Habíamos estado otras veces en la cárcel, por invitación de las diócesis o en los lugares que había visitado la estatua de Nuestra Señora de Fátima —cuenta a los medios vaticanos don Vittorio de’ Paoli, asistente para Italia del Apostolado Internacional de Fátima—, pero esta vez queríamos tomar la iniciativa nosotros. La respuesta nos la dio directamente la bula del Papa Francisco, donde dice que la esperanza encuentra en la Madre de Dios su más alto testimonio».
Un viaje lleno de emociones
Partiendo de la prisión de Arghillà en Reggio Calabria (al sur de Italia) y terminando en la prisión de Verona Montorio (al norte de Italia), el silencioso e íntimo viaje de la Virgen hizo escala en varios centros penitenciarios: Vibo Valentia, Saluzzo, Civitavecchia, Ferrara, Ancona, Pesaro, Varese, Padua y Verona, además de visitar algunas estructuras colaterales como clínicas, hogares familiares o comunidades que se ocupan de jóvenes en dificultad o de mujeres detenidas. «Cada prisión es una realidad en sí misma, naturalmente su vida interna depende del director y de la policía penitenciaria, además de los reclusos», continúa Don de' Paoli, «la gran sorpresa ha sido el mundo del voluntariado, activo y conmovedor».
El mensaje de esperanza de María peregrina
La estatua que se llevó «dentro» es una de las imágenes oficiales realizadas según las indicaciones de sor Lucía, una de las tres pastorcitas de Fátima, y que desde 1947 viaja para llevar paz y amor: «En realidad, la estatua es un símbolo, lo que llevamos a la cárcel es la luz de María —precisa el secretario del Apostolado—. En particular, hemos tratado de transmitir algunos mensajes específicos para las personas privadas de libertad personal: en primer lugar, que María los quiere porque los hijos siguen siendo hijos incluso cuando se equivocan; luego, transformar su vida en prisión en una oportunidad de crecimiento personal, porque aprender de los errores da alas; ofrecer sus momentos de ira y sufrimiento a Jesús por alguien a quien aman y, por último, pero no menos importante, no olvidarse nunca de rezar».
Acompañando a la Virgen también estaba la «guitarra del mar»
Realizada con madera recuperada de los barcos cargados de migrantes naufragados en Lampedusa, en el taller de carpintería del centro penitenciario de Secondigliano, en Nápoles, gracias al proyecto Metamorfosi della Casa dello Spirito e delle Arti, la llamada «guitarra del mar» , que en el pasado también tocó Sting, ha acompañado con su música los momentos de oración y recogimiento en los centros penitenciarios: «Cantamos junto con los reclusos y les enseñamos una oración para recitar, de esta manera también tuvieron la oportunidad de recordar a los migrantes muertos en el mar, especialmente a los niños —concluye don Vittorio—, pero sobre todo se arrodillaron todos ante María, yo les impuse las manos invocando la bendición del Espíritu, todos fueron bendecidos y todos rompieron a llorar».
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