Escobar: La Transfiguración del Se?or llama a la 辞谤补肠颈ó苍 por El Salvador
Vatican News
Inspirado en la enseñanza de San Juan Pablo II, el arzobispo de San Salvador recordó que la Transfiguración es “un acontecimiento de revelación que consolida la fe en el corazón de los discípulos, les prepara al drama de la Cruz y anticipa la gloria de la resurrección”. En ese sentido, destacó que este misterio no es solo una experiencia del pasado, sino una invitación actual para los creyentes a vivir una fe más intensa a través de la oración transformadora.
La oración como camino de luz
En su mensaje, Mons. Escobar Alas explicó que Jesús se transfiguró mientras oraba, mostrando así el poder de la oración para transformar la vida del creyente. “Cristo se transfiguró cuando oraba. [...] Cuando oramos, nos transfiguramos, porque estamos unidos a Cristo”, señaló el arzobispo, destacando que aunque la oración humana sea limitada, participa del mismo Espíritu que animó la oración de Jesús.
También recordó el pasaje en el que Jesús dice: “Ustedes son luz del mundo” (Mateo 5,14), vinculando esa luz con el acto de orar. Según el mensaje, la oración no solo nos une a Dios, sino que permite que su luz brille en nosotros y nos ayude a escuchar su voz y a entender su voluntad, tal como ocurrió con los apóstoles Pedro, Santiago y Juan al escuchar la voz del Padre: “Este es mi Hijo amado. Escuchadlo”.
Una súplica por El Salvador
Al final de su mensaje, el Arzobispo Escobar Alas hizo una ferviente invitación a la oración colectiva por la nación, pidiendo a todos los fieles unirse como pueblo en este acto espiritual. “Oremos todos juntos a Dios suplicando por nuestro país y por cada uno de los salvadoreños. Que Dios proteja a esta nación y la bendiga siempre, y bendiga a todos y cada uno de los salvadoreños”, expresó antes de concluir con el rezo del Padrenuestro.
Una celebración profundamente salvadoreña
La Bajada es una de las celebraciones religiosas más arraigadas en el calendario litúrgico de El Salvador. Conmemora la Transfiguración del Señor, y para muchos fieles representa no solo un momento de reflexión espiritual, sino también una oportunidad para renovar la esperanza en tiempos de incertidumbre. En este contexto, el mensaje del arzobispo busca animar al pueblo salvadoreño a redescubrir el poder de la oración como fuente de fortaleza personal y comunitaria.
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