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Testigos que se alzan como faros para la esperanza

El encuentro de una misionera consagrada con ocho vidas ejemplares en “Reavivar la esperanza en comunión con los santos”, proyecto con el que la Conferencia Episcopal Espa?ola quiere, en este A?o Jubilar, mostrar que la esperanza es propia de una vida bienaventurada.

Eleanna Guglielmi - Ciudad del Vaticano

La sala de edición está en penumbra. En la pantalla, una mujer gitana sonríe mientras habla de su infancia y de una fe que ha crecido con ella. Frente al monitor, Lourdes Grosso repite la escena, pausa la imagen, toma notas. No busca la perfección técnica: busca algo más difícil de atrapar, esa chispa que convierte un testimonio en luz para otros.

Un proyecto para encender almas

Misionera idente y directora de la Oficina para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española, Lourdes ha asumido para el Jubileo de 2025 un reto inusual: producir “. «Tenemos la experiencia de que las relaciones humanas, las diversas circunstancias, comportamientos, sufrimientos, contrariedades, dificultades, sacrificios… de la vida cotidiana, pueden ser afrontados con rebeldía, evasión o esperanza. La tercera actitud es la propia de una vida bienaventurada».

Del pueblo gitano a la misión

Cada mes, de abril a noviembre, un nuevo faro. . Lourdes la presenta como «un ejemplo claro de que se puede ser católico y mantener las propias raíces culturales». La conoce bien y subraya que «desde la modestia de la vida, muestra que el progreso es posible con sacrificio y generosidad, más que con reivindicaciones y exigencias». Para Lourdes, su vida encarna que «la mayor pobreza es creer que las riquezas de este mundo te harán feliz».

El perdón no se improvisa

, que perdió a su hermano en los atentados del 11M. Lourdes recuerda su reacción como una lección de Evangelio vivo: «El perdón no se improvisa. Es un don que viene de lo alto, y a la vez es un camino que se va recorriendo a lo largo de los años aprendiendo a asumir los pequeños conflictos cotidianos». En él reconoce «luz para una sociedad necesitada de esperanza».

No soltar la mano

y él la acompaña en un viaje sin regreso. «Saber llorar con los demás, esto es santidad», comenta Lourdes, citando Gaudete et exsultate. Y añade: «Es un testimonio de fidelidad. A muchos la enfermedad de un ser querido paraliza y asusta, en cambio a Manuel le ha dado alas». La enfermedad, afrontada desde el amor, transforma el miedo en fidelidad. Manuel ha sabido enjugar el llanto de su esposa y encerrar el suyo en besos.

Migrar para construir hogar

Dorys Castillo, ecuatoriana, fundó Pueblos con futuro para atender a migrantes y revitalizar pueblos vaciados. Lourdes destaca de ella «la acogida desinteresada de aquellos que necesitan escucha, cuidado, estímulo y motivación». Consciente de que la ayuda en las necesidades materiales ha de ir acompañada por el crecimiento en la fe, Dorys dedica su tiempo libre a grupos de vida para estas personas. La describe como «una mujer que no escatima esfuerzo para recibir, proteger, promover e integrar a los más vulnerables, uniendo su experiencia personal y profesional a un compromiso constante por el bien común».

"Pueblos con futuro"

En las periferias del dolor

El quinto faro, sor Carmen Yoldi Cortés, Sierva de María, vive su consagración allí donde el dolor parece tener la última palabra: en las periferias existenciales de la enfermedad. Con humilde sencillez y espíritu de servicio, ve en cada enfermo a Cristo y lleva hasta ellos su ternura y misericordia. Su atención es integral —física, espiritual, emocional y social— y anuncia que el Reino de Dios está cerca. Lourdes la describe como «mirada que reconoce la dignidad cuando todo parece perdido, manos que alivian el dolor y corazón que sostiene la esperanza».

Faros para la Esperanza

Santidad que prende esperanza

Para Lourdes, estas ocho historias son un alimento para su vocación consagrada: «La esperanza cristiana nos lleva a vivir confiados en la Providencia divina, con alegría, fortaleza y servicio». Ella misma constata que todos esperan: en el corazón de toda persona anida el deseo y la expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana. Sin embargo, la imprevisibilidad del futuro puede hacer surgir sentimientos contrapuestos: de la confianza al temor, de la serenidad al desaliento, de la certeza a la duda. Con frecuencia se encuentran personas desanimadas, que miran el porvenir con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad. «Desde la Oficina para las Causas de los Santos no solo custodiamos la memoria de quienes ya han sido reconocidos por la Iglesia, sino que queremos mostrar que la santidad está presente hoy, en las calles, en las familias, en los hospitales, en los pueblos. Son luces que orientan, como faros, en medio de la noche».

Una esperanza que no es optimismo

En un año marcado por la llamada del Papa a “reavivar la esperanza”, Lourdes insiste en que esta palabra no se confunda: «No se trata de una esperanza ingenua ni de un optimismo superficial. Es la certeza que nace de confiar en Dios, incluso cuando todo invita al desaliento. Cada uno de estos faros lo demuestra: no porque no hayan sufrido, sino porque han afrontado su vida desde la fe». A medida que los meses avancen, nuevos faros se encenderán. Lourdes seguirá en la sala de edición, entre cables y guiones, buscando en cada historia esa luz que no deslumbra, pero orienta. Una luz que, en el silencio de una vida fiel, se parece mucho a la santidad.

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18 agosto 2025, 07:59