Hermanas de la Cruz: 150 a?os derramando caridad entre los más necesitados
Vatican News
En el marco del Año Jubilar que están celebrando las Hermanas de la Compañía de la Cruz, congregación fundada en 1875 – que inició el 30 de enero de 2025 y concluirá el 30 de enero de 2026, fecha del nacimiento de la fundadora, santa Ángela de la Cruz – este 2 de agosto han celebrado la solemne Misa Jubilar por el 150 aniversario de fundación del Instituto, en la Iglesia Nacional Española de Roma. La Eucaristía estuvo presidida por monseñor Alejandro Arellano Cedillo, Decano del Tribunal de la Rota Romana.
Un tiempo de gracia, amor y fidelidad al carisma
En su homilía, monseñor Arellano Cedillo invitó a las religiosas a dar gracias a Dios por ese “cairos” que están viviendo con este Año de Gracia, es decir, por ese “espacio y tiempo de gracia, de amor y fidelidad al carisma que el Espíritu Santo ha inspirado en la fundación de la Compañía de la Cruz”.
“Es un momento de alabanza y gratitud al Señor por los dones de gracia y de santidad que Él ha concedido a las Hermanas de la Cruz que las han precedido en la Iglesia desde hace un siglo y medio. Cuantas bellas historias de fidelidad a Cristo y de servicio al anuncio del Evangelio, cuantos milagros de caridad. Pero también es una celebración de intercesión por los años que vendrán, para que sean fieles al carisma fundacional, de la cual, ustedes Hermanas de la Cruz de hoy, son los anillos de gracia que continúa en la historia”.
Un seguimiento humilde, pobre y vivido en comunidad
Asimismo, el Decano del Tribunal de la Rota Romana destacó algunos aspectos de la figura de santa Ángela de la Cruz y señaló que al inicio de su vocación y de la fundación del Instituto estaba el amor.
“El amor gratuito e inmenso de Dios que nos llama al amor y el gran amor de sor Ángela de la Cruz por Dios. Una mujer humilde, silenciosa, incansable, siempre vigilante, siempre recogida en sus pensamientos que iniciaban de la oración a las obras, siempre atenta a observar el horizonte y a reconocer ahí la voluntad de Dios. Para sor Ángela de la Cruz seguir a Cristo significaba vivir el primado del amor, a partir de Cristo, y para cada Hermana el seguimiento de Cristo es la respuesta de amor al amor de Dios en Cristo. Un seguimiento humilde, pobre y vivido en comunidad”.
Ayudar a crecer como ser humano y en la fe
Finalmente, monseñor Arellano Cedillo indicó a que, hoy la Iglesia las llama, a las Hermanas de la Cruz, y a todos los cristianos, a descubrir y contemplar el rostro de Cristo —humilde, pobre, sufriente y resucitado— y a caminar con la mirada fija en el rostro del Señor. Como nos enseña santa Ángela de la Cruz, las presencias de Cristo son múltiples y debemos descubrirlas y contemplarlas siempre de nuevo.
“Cada una de ustedes, individualmente pero también juntas, en este Año Jubilar está llamada a examinar la calidad de su fe, la perfección de su caridad y su fidelidad creativa a su carisma, en obediencia a la vocación que recibieron como María y santa Ángela. La historia del pasado debe leerse e interpretarse de forma original en el contexto actual, aun a riesgo de error. Tener una hermosa historia a nuestras espaldas no debería llevarnos a vagar con la mirada perdida. Recordar un largo camino de vida, en cambio, debería impulsarnos a reconocer que somos una comunidad religiosa en camino, cuidando de todos, ayudando a cada persona a crecer como ser humano y en la fe, compartiendo la misericordia con la que el Señor nos abraza”.
Indulgencia plenaria en el Año Jubilar
El pasado 9 de enero, la Penitenciaría Apostólica notificaba a las Hermanas de la Cruz la concesión del Año Jubilar que inició el 30 de enero de 2025 y concluirá el 30 de enero de 2026, fecha del nacimiento de la fundadora, santa Ángela de la Cruz. Como describe el Decreto de la Penitenciaría Apostólica, las Hermanas de la Cruz y todos los fieles podrán lucrar indulgencia plenaria para sí mismos y, a modo de sufragio por las almas de los fieles que aún se encuentran en el Purgatorio, en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión Eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice), si visitan como peregrinos la capilla de la Casa Madre o cualquier templo perteneciente a la Compañía de la Cruz, y «participan devotamente en ceremonias jubilares que se celebren allí o, al menos, dediquen un tiempo conveniente a la meditación piadosa ante la imagen de la fundadora, que se haya preparado allí, concluyendo con el rezo del Padrenuestro, el Credo y las invocaciones a la Virgen María y santa Ángela de la Cruz».
Por su parte, los ancianos, enfermos y los que por un motivo grave no puedan salir de casa, también podrán ganar la indulgencia plenaria, «manteniendo aversión al pecado y con la intención de cumplir cuanto antes las tres condiciones habituales, si espiritualmente se unen a las celebraciones jubilares y ofrecen a Dios sus oraciones, los dolores y las incomodidades de su propia vida».
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