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Puerto Pr¨ªncipe: La Iglesia condena la violencia. Puerto Pr¨ªncipe: La Iglesia condena la violencia. 

±á²¹¾±³Ù¨ª. La Iglesia de Puerto Pr¨ªncipe: No m¨¢s sangre, impunidad y miedo

Tras el reciente secuestro de nueve personas, la arquidi¨®cesis de la capital condena en¨¦rgicamente el incidente y el fracaso del Estado y de una sociedad que est¨¢ perdiendo su sentido. Llama a la poblaci¨®n a alzar la voz, unirse en oraci¨®n y tomar medidas para rechazar este clima de deshumanizaci¨®n.

Sara Costantini ¨C Ciudad del Vaticano

El secuestro de nueve personas, entre ellas un misionero irlandés y un niño con discapacidad, constituye un nuevo acto de barbarie, un acto ignominioso, expresión de un colapso moral que afecta a la sociedad haitiana en su conjunto. Esta es la denuncia emitida por la Arquidiócesis de Puerto Príncipe, la capital de Haití, que, en un comunicado, condena los sucesos del domingo 3 de agosto en el orfanato Sainte-Hélène de Kenscoff, al sureste de la ciudad. Por ello, la Iglesia hace un llamamiento tanto a los fieles, llamados a responder con oración y compromiso concreto, como a las instituciones, urgidas a garantizar el orden, la seguridad y la justicia.

La violencia, un ataque a la sociedad

La arquidiócesis describe el secuestro como un "ataque a los aspectos más nobles de la sociedad": el cuidado desinteresado de los demás, la protección de la inocencia infantil y la fe encarnada en las obras de misericordia. Para la Iglesia de la capital, la violencia no solo afecta a las víctimas directas, sino que socava los cimientos mismos de la convivencia civil y la dignidad humana. El comunicado expresa "profunda tristeza" y "gran indignación", enfatizando cómo estos crímenes revelan "el fracaso del Estado y de una sociedad que está perdiendo el sentido de la vida". Es una llamada de atención sobre el agravamiento del clima de impunidad, donde "lo inimaginable se vuelve rutina" y "los lugares dedicados a la asistencia, la educación, el refugio y la esperanza se están convirtiendo en blancos de ataque".

El llamado de los obispos a la responsabilidad

La Iglesia no se limita a denunciar la gravedad de la situación, sino que lanza un llamamiento concreto a toda la comunidad, invitando a «todos los fieles, hombres y mujeres de buena voluntad, a alzar la voz, unirse en oración y tomar medidas para rechazar este clima de deshumanización». También insta a las autoridades civiles, militares y policiales a «asumir sus responsabilidades», garantizando la seguridad y la liberación inmediata de las personas secuestradas. El futuro de Haití, continúa el llamamiento, no puede construirse «sobre el derramamiento de sangre, la impunidad y el miedo», porque «ha llegado la hora de decir juntos: ¡basta! Y de actuar».

Indiferencia y crisis humanitaria

Finalmente, la Iglesia invita a reflexionar sobre la importancia de evitar la indiferencia y las disputas internas, para no volvernos insensibles al sufrimiento de las víctimas y, por lo tanto, cómplices de esta lenta pero segura destrucción del país. Según un informe publicado por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, se registraron al menos 185 secuestros entre abril y junio. El informe describe la situación de los derechos humanos como extremadamente preocupante en esta isla, inmersa en una prolongada crisis sociopolítica que, hasta la fecha, ha causado miles de muertos y millones de desplazados.

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07 agosto 2025, 16:35