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Peregrinos procedentes de Tahit¨ª en Roma Peregrinos procedentes de Tahit¨ª en Roma 

Desde las costas del Pac¨ªfico hasta Roma, el camino de tres Âᨮ±¹±ð²Ô±ð²õ hacia el Jubileo

Tres Âᨮ±¹±ð²Ô±ð²õ de Tahit¨ª, Guam y Tonga cuentan a los medios de comunicaci¨®n del Vaticano su ±è±ð°ù±ð²µ°ù¾±²Ô²¹³¦¾±¨®²Ô. Dan testimonio de la universalidad de la fe y del entusiasmo de haber venido a Roma, ?donde vive nuestro Pastor, el Papa?. Tocan el ukelele y los tambores en las liturgias, aportan mucha energ¨ªa, pero ?por lo dem¨¢s, rezamos el mismo Padrenuestro y el Ave Mar¨ªa. Sobre todo, amamos al mismo Dios y al mismo Jesucristo?.

Isabella H. de Carvalho ¨C Ciudad del Vaticano

A unos 18 000 kilómetros de distancia, dos vuelos de 8 y 11 horas respectivamente, una diferencia horaria de 12 horas. Un larguísimo viaje emprendido por un grupo de unos cuarenta jóvenes y adultos de Tahití, la isla más grande de la Polinesia Francesa, para llegar a Europa y poder participar en el Jubileo de los Jóvenes en Roma. «Para algunos de los chicos es la primera vez que suben a un avión», cuenta Marevareva Teuira, de 39 años, que acompaña al grupo. «Para nosotros, los católicos, sin embargo, Roma es nuestro hogar». Además de los procedentes de Tahití, también hay seis jóvenes de Guam, la isla más grande del archipiélago de las Marianas, y tres de Tonga, el estado insular del Pacífico Sur.

Frankie, de Guam: la necesidad de recargarse espiritualmente

El entusiasmo es muy fuerte, el deseo cumplido de vivir la dimensión de la Iglesia universal con tantos jóvenes, «porque en nuestra isla somos unas 160 000 personas. Estaba seguro de que viviría una experiencia iluminadora para mí y para mi fe». Frankie Casill, de 32 años, todavía no puede creer que esté en Roma por primera vez. Estudiante de criminología en la capital de Guam, Hagåtña, también es voluntario en la Oficina de Pastoral Juvenil de la archidiócesis de Agaña. «Estoy abierto a todo lo que el Espíritu Santo y Dios quieran enviarme», cuenta. «Me parece que fue ayer cuando estaba en el aeropuerto de Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud de 2011. Llovía a cántaros, hacía frío, no había dormido bien. En muchos sentidos, sentía que no debía estar allí, pero por la gracia de Dios, llegué», recuerda. «Ver al papa Benedicto XVI de cerca, asistir en silencio a la adoración del Santísimo Sacramento bajo la lluvia con miles de jóvenes, me dio la fuerza para volver a mi isla y servir a la Iglesia».

Ahora Frankie está reviviendo una experiencia similar y está listo para llevar esa misma belleza a sus compatriotas. «Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hice un retiro espiritual o una peregrinación como esta. Creo que el Señor sabe que necesito recargar las pilas, hacer un «lifting espiritual», añade riendo. Para preparar a los jóvenes para el evento jubilar, su archidiócesis ha organizado varias iniciativas durante el año, misas y «rosarios costeros». Cada primer sábado del mes, los jóvenes se reunían en una playa diferente de la isla para rezar la oración mariana. «Espero que, al participar en el Jubileo de los Jóvenes, pueda volver a la diócesis con nuevas ideas para actividades y programas que traigan a los jóvenes de vuelta a la Iglesia», subraya Frankie. «Solo quiero llevar un mensaje de esperanza. Sobre todo a la isla de Guam, a nuestra archidiócesis, para seguir caminando juntos».

Frankie Casill
Frankie Casill

Latu, de Tonga: nuestra fe es universal

Latu Malupo, de 28 años y funcionaria pública en el Reino de Tonga, voló al extranjero por primera vez: «Merece la pena». Y añade: «Solo quiero experimentar lo fuerte que puede ser nuestra fe. Venir de nuestro pequeño país e ir al lugar donde todo comenzó es maravilloso». Admira la riqueza cultural e histórica de Italia, «sobre todo en lo que respecta al cristianismo y a la Iglesia católica».

Explica que, además de ella, hay otros dos peregrinos de la diócesis de Tonga y Niue, pero que han venido por su cuenta, ya que a muchos les ha resultado difícil organizarse logística y económicamente, al haber pasado poco tiempo desde la última JMJ en Portugal. En Roma, Latu también participó en el Foro para los Jóvenes de Caritas Internationalis, del 24 al 26 de julio, que contribuyó a cubrir parte de los gastos de su viaje. Está feliz de llevar su cultura a Roma y espera dar esperanza a otros jóvenes tonganos cuando regrese. «Estamos muy entusiasmados por conocer otros países y sus culturas, y también queremos compartir nuestras experiencias, nuestra forma de rezar», subraya. «Estoy muy orgullosa de ser católica aquí en Tonga porque hay una población pequeña y todos nos conocemos. Nuestra fe nos distingue».

«Quizás, cuando regrese, pueda guiar espiritualmente a los jóvenes y mostrarles que nuestra fe no se limita a nuestro país. Nuestra fe también está en el extranjero, es universal», añade. Su diócesis se ha preparado para el Jubileo organizando rosarios, liturgias y otras iniciativas espirituales, pero lo que más ha impresionado a Latu es el tema jubilar de la esperanza. «Es la esperanza que llevamos dentro lo que nos llevará al final de la peregrinación. Quiero aferrarme a ella», reflexiona.

Latu Malupo
Latu Malupo

Marevareva, de Tahití: llevar música y energía

Han traído los instrumentos musicales típicos con los que animan las misas en Papeete. «Nuestros instrumentos nunca nos abandonan. Amamos la música, vivimos la misa de esta manera», añade Marevareva, explicando que suelen tocar el ukelele, los tambores, el piano y otros instrumentos durante las liturgias. Para ella, esta es la única diferencia entre un católico de la Polinesia Francesa y uno europeo: «Por lo demás, vivimos lo mismo. Rezamos el mismo Padrenuestro y el Ave María. Sobre todo, amamos al mismo Dios y al mismo Jesucristo».

Marevareva Teuira
Marevareva Teuira

El apoyo de las comunidades para afrontar el largo viaje

Marevareva destaca también que está entusiasmada por que los jóvenes de su grupo puedan experimentar la universalidad de la fe durante este Jubileo. «Este evento es una oportunidad para un encuentro profundo con Jesús, en un contexto maravilloso como Roma», explica, destacando que han «preparado sus corazones» para esta peregrinación con catequesis y momentos de oración en su parroquia.

«Roma es donde vive nuestro buen Pastor, donde está nuestro Papa, por quien sentimos mucho amor y respeto. Para nosotros, los polinesios que venimos de lejos, esto es lo que esperamos de este viaje. Es un año crucial para nosotros». Organizar esta peregrinación no ha sido fácil y ella también cuenta los esfuerzos de más de un año para recaudar fondos vendiendo comidas y cosas por el estilo. Todos han echado una mano: «En casa, todos nos apoyamos mutuamente», aclara. «Queremos que los jóvenes fortalezcan su fe en Jesucristo y la transmitan a sus compañeros, en sus parroquias, pero también en las escuelas y en las familias», concluye. «Esperamos que este Año Jubilar toque muchos corazones».

 

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31 julio 2025, 12:20