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La Cruz permanece firme en la Parroquia de la Sagrada Familia en Gaza. La Cruz permanece firme en la Parroquia de la Sagrada Familia en Gaza.

Faltas: la cruz de Gaza permanece firme y erguida

Una reflexión del Vicario de la Custodia de Tierra Santa sobre el significado de la Cruz y la valiosa presencia cristiana en Gaza, símbolo de solidaridad y comunión con una población que sufre por la guerra.

Ibrahim Faltas

La cruz de piedra blanca, situada sobre la Iglesia latina de Gaza, sigue intacta, firme y erguida, custodiando a una comunidad herida y atemorizada. Fue lo primero que pensé al ver las imágenes de la fachada de la iglesia parroquial alcanzada por un misil. La cruz no es solo un símbolo: para nosotros, los cristianos, es una marca indeleble, es pertenencia a Cristo, es el documento de identidad de la Iglesia universal.

La cruz de la parroquia de Gaza ha sido testigo durante años de las alegrías y los dolores de una comunidad de fieles devotos y unidos. Y desde el 7 de octubre de 2023, también ha acogido su sufrimiento, sus miedos, sus esperanzas.

Desde las primeras horas de aquel trágico sábado, más de seiscientas personas encontraron refugio en la iglesia, en la escuela y en los espacios parroquiales. Con espíritu fraterno, los sacerdotes y las religiosas compartieron todo lo necesario: ofrecieron consuelo en los momentos más oscuros, devolvieron la esperanza a quienes la habían perdido, y levantaron el ánimo de niños profundamente traumatizados.

En la mañana del jueves 17 de julio, toda la comunidad parroquial escuchó el ya tristemente familiar estruendo de una explosión cercana: un misil se dirigía directamente hacia ellos, y muchos no tuvieron tiempo de resguardarse.


El saldo fue trágico: tres personas murieron, diez resultaron heridas, dos de ellas en estado grave, entre ellas un joven, Suheil, que se encuentra en peligro de muerte. El Santo Padre León XIV ora por ellos y acompaña con afecto paternal a toda la comunidad parroquial.

El querido párroco Gabriel Romanelli sufrió heridas leves y, a pesar del miedo y el dolor, retomó de inmediato su misión de padre y pastor: tranquilizando a los niños y ancianos, consolando a los heridos, y manteniéndose en vilo por los que están más graves.

Una preocupación especial son las condiciones de los 53 discapacitados que viven en la parroquia: a la falta de medicamentos y atención médica especializada, se suma la pérdida o mal funcionamiento de equipos médicos y respiradores dañados por la explosión.

Durante más de veintiún meses, la parroquia ha sido un refugio seguro y acogedor. Y durante ese tiempo, la comunidad ha estado animada con ternura por la llamada telefónica nocturna del Papa Francisco, quien llegó a conocer uno a uno a los miembros de esta gran familia cristiana de Gaza. El párroco padre Gabriel, el vicario Yousef, la hermana Nabila al principio, y luego las demás religiosas, estuvieron siempre cerca de los fieles desplazados, atendiendo con amor sus necesidades materiales y espirituales.


Tras el ataque de hoy, deberán ahora consolar y sostener a toda la familia parroquial, que siente como propios a los tres fallecidos, personas con quienes compartieron un largo y difícil tramo de sus vidas.

La Iglesia de Gaza, golpeada por la violencia, acoge las oraciones que claman por la paz y por el derecho a vivir nuevamente con seguridad y dignidad. Sobre la parroquia vigila una cruz de piedra blanca, de líneas puras y sencillas. Blanca, sencilla, pura, como la paz.

Vicario de la Custodia de Tierra Santa


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18 julio 2025, 11:55