±Ê²¹²Ô²¹³¾¨¢: Arzobispo Ulloa condena impunidad y ³¦´Ç°ù°ù³Ü±è³¦¾±¨®²Ô en Semana Santa
Vatican News
¡°Panamá merece justicia que no tenga precio, instituciones que sirvan, no que se vendan¡±, declaró con firmeza el arzobispo de Panamá. Ulloa pidió despertar la conciencia colectiva y asumir la Semana Santa como una oportunidad para renovar el espíritu, pero también para defender con valentía la dignidad del país.
¡°El primer enemigo de nuestra democracia es la corrupción¡±, . Afirmó que Panamá vive momentos de profundo desconcierto institucional, donde el poder ha dejado de servir al pueblo para convertirse en un botín al servicio de intereses personales. ¡°Merecemos más. Merecemos justicia que no tenga precio. Instituciones que sirvan, no que se vendan. Un país donde nadie esté por encima de la ley¡±, sentenció. Invitó a los fieles a no vivir la Semana Santa solo como una costumbre religiosa, sino como una oportunidad para renovar el compromiso con la justicia, la verdad y la solidaridad. ¡°No basta con agitar los ramos el Domingo de Ramos¡±, expresó. ¡°Hay que caminar con Jesús hasta la cruz y más allá, hasta la resurrección¡±.
Una entrada humilde que incomoda al poder
Con un tono pastoral pero firme, el arzobispo presentó a Jesús como un líder humilde y pacífico, cuyo ingreso a Jerusalén en un burro sigue siendo una poderosa imagen de sencillez y servicio frente a las actitudes de poder autoritario que aún persisten. Criticó a quienes entienden el liderazgo como dominio absoluto, recordando que el poder auténtico se ejerce sirviendo, no oprimiendo.
Ulloa también se refirió al desánimo generalizado de la ciudadanía, que percibe la lucha contra la corrupción como una causa perdida. Sin embargo, insistió en que ese desencanto no puede convertirse en resignación: ¡°El pueblo panameño no es corrupto por naturaleza. Es valiente, trabajador, solidario. Y por eso duele más ver cómo unos pocos se lucran a costa de la esperanza de muchos¡±.
Finalmente, el arzobispo insistió en que esta batalla por un Panamá más justo no es solo política, sino también espiritual. La lucha contra la corrupción ¡ªafirmó¡ª empieza en lo cotidiano, en la conciencia de cada persona, en los pequeños actos que construyen o destruyen la convivencia social. ¡°Que esta Semana Santa no sea solo emoción pasajera, sino una experiencia profunda que fecunde esperanza, verdad y participación¡±, concluyó.
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