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Sor Albertina Maria Pauletti en el muro de Tijuana (Marco Palombi) Sor Albertina Maria Pauletti en el muro de Tijuana (Marco Palombi)  (Marco Palombi) #SistersProject

²Ñ¨¦³æ¾±³¦´Ç: el "carisma de frontera" de las monjas scalabrinianas

El testimonio a los medios vaticanos de sor Albertina Pauletti, directora del Instituto Madre Asunta, que trabaja en favor de mujeres y ni?os migrantes en Tijuana, ²Ñ¨¦³æ¾±³¦´Ç, en la frontera con Estados Unidos. ¡°?Hasta cu¨¢ndo hay que levantar muros entre las personas?¡±. La situaci¨®n es cada vez m¨¢s dif¨ªcil despu¨¦s de los decretos ejecutivos de expulsi¨®n decididos por Donald Trump.

Roberto Paglialonga  - Ciudad del Vaticano

Su carisma es ¡°de frontera¡±. Desde siempre. Una vocación misionera impregnada de afecto hacia el prójimo, que desde su fundación se expresa hacia los migrantes y refugiados. Y brota en esos intersticios del mundo en los que hay alguien a quien acoger, proteger, salvar, cuidar, porque huye de la guerra, del hambre, de la violencia, de la persecución o de una vida precaria. Para las monjas misioneras de san Carlos Borromeo ¨C las scalabrinianas ¨C las personas en movimiento, como ¡°protagonistas¡± de atención o de cuidado, se convierten en ¡°sujetos¡± para acompañar y con quienes caminar, para que su desarrollo sea verdaderamente integral.

El Instituto Madre Asunta en Tijuana

Hoy, una de sus principales fronteras se llama Tijuana, una línea caliente que separa México y Estados Unidos, que ha vuelto a estar en el centro de la escena política internacional por los decretos ejecutivos de Donald Trump, que ha decidido expulsar a todos los inmigrantes ilegales presente en tierra estadounidense. ¡°Ahora el problema se ha convertido en noticias diarias. Pero nosotras aquí, en esta tierra de frontera, estamos desde hace 30 años, yo personalmente desde hace cinco¡±, dice a los medios vaticanos sor Albertina Pauletti, que, en la ciudad de Baja California, separada de San Diego por el llamado ¡°muro de la vergüenza¡±, dirige el Instituto Madre Asunta, nacido para dar ¡°asistencia a mujeres migrantes y refugiadas, solas o con niños, en situaciones de vulnerabilidad¡±. En este momento en la casa de Tijuana ¨C que como proyecto ganó en diciembre de 2024 el ¡°Premio del voluntariado internacional Focsiv¡± ¨C trabajan tres hermanas, más otros profesionales en el campo psicológico, sanitario y socio-asistencial, y voluntarios. ¡°Por lo general, las mujeres que recibimos son el 80% mexicanas que huyen de la violencia del crimen organizado, de situaciones de gran dificultad familiar o de abusos sufridos por maridos y parientes; otras vienen de Guatemala, Honduras, Salvador, Venezuela¡­ Se quedan un par de semanas, máximo dos meses, principalmente con el objetivo de obtener una cita para poder tener el documento de asilo. Ahora esta situación de incertidumbre e inestabilidad es terreno fértil para criminales y explotadores¡±.

Sor Albertina Maria Pauletti con algunas hermanas del Instituto María Asunta de Tijuana. (Foto de Marco Palombi)
Sor Albertina Maria Pauletti con algunas hermanas del Instituto María Asunta de Tijuana. (Foto de Marco Palombi)   (Marco Palombi)

¡°Queremos que quien está con nosotros descubra que es p±ð°ù²õ´Ç²Ô²¹¡±

En el ¡°Madre Asunta¡± se recibe asistencia de todo tipo, desde administrativa para rellenar documentos, ¡°a la de tipo psicológica, porque casi en la totalidad de los casos llegan personas muy frágiles: historias desgarradoras, por ejemplo, de niños que han visto a la madre golpeada por el padre, o el padre asesinado por criminales, o incluso que han sido violados por algún pariente y por el propio padre. Después está la ayuda ¡°en la introducción a la alimentación complementaria de los hijos o también en la construcción de un vínculo con ellos: es dramático, pero a menudo no hay una relación de afecto, porque quizá estos niños pasan los días abandonados delante del smartphone mientras la madre está fuera por trabajo¡±. Y no falta la propuesta espiritual: ¡°Nosotras no pedimos el carné de cristiandad ¨C sonríe al otro lado del teléfono -, pero vemos que cada una de ellas está de alguna manera buscando un significado y desea entender qué espera Dios de su vida: como para todos, se trata de la necesidad de ser amados y de saber que se está en el mundo con un propósito. Con nosotras queremos que descubran que son personas¡±. Las monjas han establecido reglas precisas y firmes, y quien no las respeta es invitado a marcharse: ¡°Se participa en la gestión y en la limpieza de la casa, o en la cocina: todos reciben gratuitamente, pero todos gratuitamente se deben comprometer por la comunidad¡±.

Sor Albertina Maria Pauletti con niñas asistidas por el Instituto María Asunta. (Foto de Marco Palombi)
Sor Albertina Maria Pauletti con niñas asistidas por el Instituto María Asunta. (Foto de Marco Palombi)   (Marco Palombi)

Los decretos ejecutivos de Trump y la ¡°deportac¾±&´Ç²¹³¦³Ü³Ù±ð;²Ô¡±

En esta fase ¡°los migrantes acogidos en el instituto son solo 18, para una disponibilidad de casi 90. El gobierno mexicano de hecho ha predispuesto la construcción de una estructura que pueda alojar hasta 2.600 personas deportadas de Estados Unidos. Desde aquí, después de haber sido asistidas durante algunos días estas personas deben volver a sus localidades de procedencia. El gobierno ha dicho que ha asumido la responsabilidad solo para los mexicanos, pero en realidad parece que también haya de otros países¡±. Ha llegado un duro golpe con el decreto de Trump que ha quitado las subvenciones humanitarias a muchas ONG y organizaciones, suspendiendo el trabajo para los próximos tres meses. ¡°Y por extensión, nosotras tampoco recibimos su apoyo¡±. ¡°Me pregunto, justo ahora que el tema de las migraciones está en boca de todos¡± ¨C se enardece sor Albertina ¨C: ¡°¿hasta cuándo tendremos que levantar los muros? Nuestro fundador decía que para el migrante la patria es la tierra que le da el pan¡±.

Sor Albertina Maria Pauletti en el exterior del Instituto María Asunta de Tijuana. (Foto de Marco Palombi)
Sor Albertina Maria Pauletti en el exterior del Instituto María Asunta de Tijuana. (Foto de Marco Palombi)   (Marco Palombi)

La larga historia de las scalabrinianas

La historia de las scalabrinianas es antigua. Nacidas en 1895 gracias a Juan Bautista Scalabrini, a lo largo de los años han dado vida a un gran número de instituciones enraizadas en diferentes territorios, en particular de América Latina, pero no solo. Hoy son 111 misiones en 27 países, con más de 400 religiosas. ¡°Para nosotras trabajar y rezar es lo mismo¡±, concluye sor Albertina. ¡°Ora et labora¡±, como quería San Benito hace 1500 años, pero ambientado en el presente donde la humanidad herida sufre y espera una señal de esperanza.

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14 marzo 2025, 16:03