Obispos costarricenses invitan a cultivar la esperanza durante la Cuaresma
Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
Los obispos de Costa Rica animan a los fieles "a dejarse alcanzar por la misericordia de Dios que quiere reconciliarnos para sanar nuestra vida, nuestras relaciones, para que podamos caminar juntos en esperanza". , que comienza el Miércoles de Ceniza, 5 de marzo, la Conferencia Episcopal recuerda que "convertirse significa tomar otra dirección, cambiar de rumbo, es romper la cerrazón del corazón, abandonar la autosuficiencia. Es posible por la fe, la confianza de abandonarse al poder salvador de Dios".
En este tiempo litúrgico de penitencia, ayuno y oración, en camino hacia la Pascua de Nuestro Señor, los pastores invitan a buscar a Dios en el sacramento de la reconciliación: "Él no se cansa nunca de perdonarnos", aseveran, retomando una frase muy presente en el Pontificado del Papa Francisco. En efecto, recogen un pasaje de la bula de convocatoria del Año Santo, , en el que el Obispo de Roma plantea:
Asimismo, los obispos aseguran que "muchas personas esperan encontrar misericordia de parte de nosotros". De hecho, "quien ha sido amado por Dios debe también ser capaz de amar", añaden. Por tal motivo, "si el Señor nos ha mirado con benevolencia, ¿a quiénes debemos mirar también con ojos de misericordia y contribuir a reconciliar y sanar?", se interrogan. En este sentido, sugieren a los presos, enfermos, migrantes, jóvenes, ancianos y pobres como personas en concreto.
En otro punto, los obispos aluden a la "fuerza destructora del mal encarnado en nuestras estructuras sociales, en la desintegración familiar y el deterioro de relaciones, en tantas manifestaciones de desprecio por la vida, en los altos índices de violencia, en la pobreza y la exclusión creciente que deteriora la dignidad humana". Por consiguiente, manifiestan que "es decisivo cultivar las virtudes de la fe, esperanza y caridad ya que forman el tríptico de las “virtudes teologales”, que expresan la esencia de la vida cristiana. En su dinamismo inseparable, la esperanza es la que, por así decirlo, señala la orientación, indica la dirección y la finalidad de la existencia cristiana (Spes non confundit 18).
"Con la esperanza, escriben, podemos iluminar todas las realidades difíciles de la vida, ya que esta virtud nos recuerda la meta hacia la cual nos dirigimos; no existe realidad o situación crítica, por oscura que parezca, que no se pueda iluminar bajo la mirada de la esperanza".
Finalmente, los prelados recomiendan cultivar estas virtudes que Dios nos da "para vivir nuestra vida cristiana y caminemos hacia la Pascua con los ojos fijos en el Señor esperando su misericordia. Esta esperanza nunca nos va a defraudar (Cf. Rm 5,5)". "Nuestra Madre María nos acompaña en este camino de reconciliación y de esperanza", concluye el texto.
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