Religiosos de ±Ê²¹²Ô²¹³¾¨¢ se suman al rechazo general del contrato-ley minero
ADN Celam
Comunidades religiosas de Panamá se suman al clamor del ¡°no¡± rotundo a la minería, que toda la Iglesia ha asumido tras las maniobras del Gobierno para acelerar, sin el debido proceso, el Proyecto de Ley 1100 sobre el contrato entre el Estado y Minera Panamá para la extracción de cobre en Donoso, Colón, por 40 años.
Los religiosos advierten que ¡°en este tiempo nos encontramos ante varias encrucijadas como país. Encrucijadas que nos hacen profundizar sobre nuestra fe cristiana¡±, por tanto, ¡°nos duele la patria, nos duelen los gritos de los pobres, de la tierra, de todos los seres vivientes que habitan nuestra casa común¡±. Recordaron que en Laudato si¡¯ y en Laudate deum se analiza ¡°lo que le está pasando a nuestra casa común¡±, sobre todo, ¡°el enfoque sobre la dignidad de todas las personas que son parte integral del medio ambiente¡±.
¡°Panamá es un país pequeño, bendecido con una biodiversidad, con hombres y mujeres que son creativos, acogedores, trabajadores, con visión de un mejor futuro para todos y todas¡±, han dicho.
Llamado a la paz
Frente al Contrato Minero ¨Cindicaron¨C el pueblo panameño ha manifestado su rechazo al mismo porque ¡°lo considera lesivo a la vida, a la soberanía y al proyecto nacional¡±.
¡°Nosotros manifestamos nuestro apoyo al pueblo que tienen derecho a participar en las decisiones de cómo se utiliza el patrimonio común y que no se le imponga un modelo de desarrollo basado en la industria extractivista que favorece a los países más desarrollados¡±, apuntaron.
La Vida consagrada de Panamá se suma a la postura del Papa y a la de los Obispos, quienes a través de sus comunicados hicieron ¡°un llamado a la paz y escuchar el clamor del pueblo¡±.
Hicieron un llamado a todos los creyentes y gente de buena voluntad para asumir ¡°las tareas que nos corresponden en el cuidado y protección de la casa común, y la búsqueda de caminos de paz¡±, mientras que piden orar por ¡°los jefes de Estado y todos los responsables de los asuntos públicos, para que nuestro Dios de la Vida toque sus corazones¡±.
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