±á²¹¾±³Ù¨ª. Fe y Alegr¨ªa tras incendio en oficinas, espera en la reconstrucci¨®n
¡°La resiliencia de este pueblo es épica y tampoco nos falta la Fe en nuestros hermanos y hermanas, de tantas partes del mundo, que seguro quieren ayudarnos con Alegría¡±: son palabras de la hermana Matilde Moreno RSCJ Coordinadora Nacional del Departamento de Pedagogía Fe y Alegría Haití, que narra el incendio voraz que terminó con la totalidad de las oficinas de SJM y parte de las de Fe y Alegría en el país.
El incendio se propagó en la madrugada del 3 al 4 de octubre provocando pérdidas irreparables, como los 3 ordenadores y las dos memorias externas con el respaldo del trabajo realizado en estos años de misión. La religiosa explica que también ¡°se convirtió en humo el archivo en papel con materiales únicos¡±: ¡°más de 12 libritos en creole de creación propia para implementar talleres de formación para profes y alumnado, siguiendo la metodología de la Educación Popular sobre medio ambiente, sexualidad, identidad, educar sin violencia, recuperación postraumática, prevención de desastres y un largo etcétera¡±.
La hermana Matilde Moreno lamenta también la pérdida del proyecto de mejora de la calidad de la enseñanza en preescolar y primaria en las 6 escuelas de la zona de Jean-Rabel que implican la realización de al menos 20 pequeños videos divulgativos donde se muestra cómo con materiales de deshecho, o muy simples, puede implementarse el aprendizaje de técnicas básicas, ecología, lenguaje, ciencias de la naturaleza y matemáticas. Un trabajo realizado en ¡°lengua creole ¨C explica - para ponerlo a la disposición de todas las escuelas del país que, como nosotros, no tienen medios para sofisticaciones ni para adquirir materiales en tiendas especializadas¡±.
Entre las pérdidas lamentadas está la de la biblioteca con los libros de pedagogía: ¡°necesitamos reponerlo, - dice - sobre todo con los editados por FyA en francés¡±. ¡°Sabemos que se pueden encontrar en internet, pero la mayoría de nuestros profes no tienen acceso a la electricidad -añade-. Aquí seguimos viviendo ¡®donde termina el asfalto¡¯, que es en casi todo el país¡±.
Con, además, una oficina que reconstruir desde cero, la religiosa concluye con la consciencia de la falta de medios económicos, pero alimentando la esperanza:
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